La percepción es que esta campaña electoral de poco sirve, salvo ver un Duran Lleida inquieto, comportándose posiblemente como es realmente, un mal educado con ínfulas de holligan, o Carmen Chacon con unas ojeras de agotamiento y una forzada sonrisa que es incapaz de esbozar, o el debate Rajoy Rubalcaba que podían haber hecho en blanco y negro de rancio que fue, empezando por el presentador. Todo el pescado está vendido y esta gente que está bregando acariciando niños o haciendo el capullo por los mercados, más valdría que se quedaran en su casa o en la sede de sus partidos, tal vez así se enterarían que estamos ya en el siglo XXI y que unos entes que se llaman medios de comunicación, son idóneos para canalizar y difundir su mensaje. No han entendido que están haciendo una campaña en blanco y negro en la era del 2.0. De hecho no han entendido nada y se arrastran lastimosamente por unos mitines trasnochados y casposos repitiendo mensajes trasnochados y casposos que pocos escuchan y menos hacen caso. Este grupo de individuos políticos derrochan tiempo, dinero y esfuerzos para nada, y ni siquiera se dan cuenta.
Es cierto que con el paso del tiempo y los problemas económicos de los partidos, el coste de las campañas se ha ido reduciendo y cada vez más se centra la tarea en el mundo audiovisual. Nótese que en la tele todos siguen la misma estrategia, el líder delante, y detrás, la militancia ilusionada en el proyecto que asintiendo con la cabeza en complicidad a las palabras del líder. Lo que quería venir a decir con todo esto, es que tal vez sería llegada la hora en que como en un cuento de Isaac Asimov en "yo robot" deberían eliminarse de raíz las campañas electorales, al fin y al cabo la mayoría de ciudadanos ya sabe a quién votará, como decía antes, sobre todo en estas próximas elecciones, y, los indecisos, esta horquilla del 5% que dicen los que entienden que son los que se pueden hacer cambiar de voto, es por los que se hacen las campañas, no justifican todo el gasto de los unos, ni la paliza mediática que tenemos que soportar los demás.
Que se aclaren los indecisos y si no que no les dejen votar, por irresolutos, o, volviendo al cuento de Isaac Asimov, informándose de los programas de todos los partidos, que vote un sólo ciudadano en nombre de todos y que sea lo que tenga que ser. Al fin y al cabo estaremos igual de bien o mal según sople el viento económico, mande quien mande. Ni Alfredo ni Mariano pintan gran cosa, y aún pueden decidir menos, sólo forman parte del atrezzo, de la puesta en escena de un Estado indefenso y caótico ante eso que llaman los mercados, y están bajo la tutela de la Sra. Merkel y su bufón frances.
Ya entiendo que esto que propongo no es posible - sólo es un cuento - pero sí que se podrían ahorrar (con la que está cayendo) el coste onerosamente inútil de la campaña electoral, creo que seríamos bastantes los que lo agradeceríamos.
Es cierto que con el paso del tiempo y los problemas económicos de los partidos, el coste de las campañas se ha ido reduciendo y cada vez más se centra la tarea en el mundo audiovisual. Nótese que en la tele todos siguen la misma estrategia, el líder delante, y detrás, la militancia ilusionada en el proyecto que asintiendo con la cabeza en complicidad a las palabras del líder. Lo que quería venir a decir con todo esto, es que tal vez sería llegada la hora en que como en un cuento de Isaac Asimov en "yo robot" deberían eliminarse de raíz las campañas electorales, al fin y al cabo la mayoría de ciudadanos ya sabe a quién votará, como decía antes, sobre todo en estas próximas elecciones, y, los indecisos, esta horquilla del 5% que dicen los que entienden que son los que se pueden hacer cambiar de voto, es por los que se hacen las campañas, no justifican todo el gasto de los unos, ni la paliza mediática que tenemos que soportar los demás.
Que se aclaren los indecisos y si no que no les dejen votar, por irresolutos, o, volviendo al cuento de Isaac Asimov, informándose de los programas de todos los partidos, que vote un sólo ciudadano en nombre de todos y que sea lo que tenga que ser. Al fin y al cabo estaremos igual de bien o mal según sople el viento económico, mande quien mande. Ni Alfredo ni Mariano pintan gran cosa, y aún pueden decidir menos, sólo forman parte del atrezzo, de la puesta en escena de un Estado indefenso y caótico ante eso que llaman los mercados, y están bajo la tutela de la Sra. Merkel y su bufón frances.
Ya entiendo que esto que propongo no es posible - sólo es un cuento - pero sí que se podrían ahorrar (con la que está cayendo) el coste onerosamente inútil de la campaña electoral, creo que seríamos bastantes los que lo agradeceríamos.
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