La tecnocracia es una forma de gobierno en la que los dirigentes ejercen su poder únicamente o principalmente en virtud de su competencia técnica o científica. El criterio de las decisiones radica en la eficacia maximal sin considerar argumentos de orden político, ético, ideológico o social. El tecnócrata es la persona que ejerce su cargo público.
La palabra es un neologismo, que apareció en los años 30 del siglo pasado en analogía con democracia, teocracia, plutocracia, burocracia. Deriva de dos raíces del griego antiguo: techné (técnica) y kratos (fuerza, poder). La primera mención escrita occidental de tal forma de gobierno se encuentra en el libro La República de Platón que en desconfiar de la sabiduría del pueblo, soñaba un ideal de república gobernada por un consejo de sabios. En confucianismo se encuentran ideas similares en su definición de la responsabilidad y del papel del dirigente. Finalmente, el concepto se acerca también de la filosofía del despotismo ilustrado del siglo XVIII. Fuera de sistemas despóticos o teocráticos, la dificultad filosófica y política del concepto radica en el problema de la investidura o la definición de la autoridad que evalúa la competencia y que otorga o quita el poder al tecnócrata. 

Esto es lo que explica la wiki, y que viene a decir que la tecnocracia es la dictadura de los competentes. De hecho es lo que pedía uno en un escrito de hace unos días, el Gobierno de los técnicos, y que parece no era muy compartido por los comentarios que recibí. De momento ya funciona en Italia y Grecia y también parece será el camino que seguirá Mariano Rajoy para elegir a sus Ministros si todo va según lo previsto y es el nuevo Presidente del Gobierno Español. Ni que decir que el Sr. Artur Más ha elegido con la mayoría de sus Consejeros, la otra vertiente de la tecnocracia, la burrocracia, y a los hechos me remito. Al fin y al cabo, unos tecnócratas, como los tres Lópeces, López de Letona, López Bravo y López Rodó, sacaron a España del pozo económico con el plan de estabilización dentro del Gobierno tardofranquista.

Lo explica muy bien el Roto en este chiste "¡Perfeccionemos las democracias, elijamos los gobernantes a los electores y no al revés!" - Pues, Merkel le ha hecho caso y aún no ha terminado.