Después de la cena se quedaron en la mesa del comedor para rellenar las boletas. Él nervioso, ella más decidida. Marcaron con cruces, a cuatro manos, mientras los niños jugueteaban en el sofá. Aquellos papeles recibidos en el Consulado español de La Habana olían a nuevo, a tinta fresca sobre el escudo de columnas y coronas. Pero lo más novedoso para la pareja resultaba el acto mismo de elegir en una lista de varios partidos, la acción de decidir entre diferentes colores políticos. Ambos, que hasta hace poco custodiaban urnas vestidos de pioneros, han emitido el primer voto desde su estrenada condición de naturalizados como españoles. Tomaron el bolígrafo con la determinación que jamás habían usado en una boleta nacional, eligieron a distancia, ya que aún no pueden hacerlo en la cercanía... leer más ...

Me pregunto a quien votaron estos más de 12.000 ciudadanos cubanos.