Hablar solo no es sinónimo de desequilibro mental sino que es bueno para la salud. Una grata noticia para todos los que tienen esta costumbre y que durante años han sufrido las burlas de sus más allegados debido a este «extraño comportamiento».
La confirmación llega a través de un estudio dirigido por un grupo de investigadores de la Universidad de Wisconsin y de la de Universidad de Pennsylvania y que ha sido publicado por la revista «Quarterly Journal of Experimental Pyschology».

Dos psicólogos, los doctores Gary Lupyan y Daniel Singley, sostienen que hablar solo aporta beneficios a la inteligencia humana. Su hipótesis nace de un experimento efectuado sobre 20 voluntarios, a los que se les pidió encontrar un número de objetos que dos médicos habían posicionado dentro de una habitación. Valorando el comportamiento de estas personas, los dos psicólogos llegaron a la conclusión de que quienes repetían en alto el nombre del objeto mientras realizaban las tareas requeridas en la investigación, lograban concluir el test con mayor facilidad y en menor tiempo. Un resultado que se produjo en todas las pruebas a los que los individuos han sido sometidos.

Asociación entre el nombre y el objeto
Lo cierto es que según los expertos aquellos que hablaban solos durante el estudio estimulaban más su cerebro y se centraban mejor en la investigación. «Encontramos las cosas más rápidamente cuando hablamos en alto, sobre todo cuando hay una fuerte y directa asociación entre el nombre y el objetivo», cuentan los expertos. Añaden además que «si ya sabemos cómo es ese objeto, repetir su nombre en voz alta ayuda a nuestro cerebro a reactivar esa información visual y eso facilita su búsqueda».

«Es como cuando leemos en voz alta o escuchamos unas instrucciones»
Todo esto está relacionado con la capacidad del hombre de focalizar su mente sobre cualquier acción partiendo de la posiblidad de externalizarla. «Es como cuandoleemos en voz alta o escuchamos unas instrucciones», explican. Hablar solos ofrece la posibilidad de poner «negro sobre blanco» aquello que tenemos que hacer. De este modo, estimulando nuestra facultad cognitiva somos capaces de alcanzar en menor tiempo el resultado que nos hemos fijado. - ABC.ES