Sabemos como homínidos que tenemos una serie de servidumbres de nuestro cuerpo, con las que tenemos que convivir, y aunque algunas se pueden enmascarar como los sonidos de pedos con una tos disimulada, o apretando el esfinter para que no se oiga el ruido, nunca hemos podido hacer lo mismo con el olor que dejamos, un rastro que incluso nos sigue como la estela de un avión a reacción.
Pues bien, este problema que los homínidos y homínidas arrastramos desde hace siglos lo han resuelto los señores de Colonial Medical. Por la módica cifra de 29,95 dólares podéis haceros tanto los homínidos como las homínidas, con los calzoncillos unisex anti flatulencias.
Yo que vosotros correría a comprarlos, sobre todo si sois dados a las ventosidades variadas a destiempo en lugares públicos.