La Policía Nacional ha localizado un viajero rumano desaparecido después de que se pasara tres días deambulando por la T1 del aeropuerto del Prat de Barcelona sin comer nada, ya que perdió el vuelo de tráfico cuando iba a reunirse con su hija en Tenerife. Según informaron a Europa Press fuentes policiales, el viajero, IN, de 56 años, tenía previsto un vuelo desde Targu Mures, en Rumania, el 19 de diciembre, llegando a las 21.10 horas en El Prat para hacer la conexión con un vuelo hasta Santa Cruz de Tenerife, donde debía llegar a las 9.45 horas del día 20. La hija denunció la desaparición el 22 de diciembre a la Policía Nacional en Tenerife al no localizarlo ni tener noticias de su paradero, y se pudo constatar que el hombre había llegado al Prat pero que no había cogido el vuelo de enlace.
La Policía Judicial del Aeropuerto recibió el aviso día 23 y realizó varias batidas por las terminales en busca del hombre con la descripción que había facilitado la hija, y finalmente le encontraron en la zona de facturación de la T1. El viajero explicó que había perdido el vuelo de tráfico y que estaba a la espera de que su hija contactara con él porque no tenía dinero y no sabía "qué hacer", y finalmente pudo tomar un vuelo a Tenerife después de contactar con su hija y que le comprara un nuevo billete de avión.
Si ya es complicado viajar, más lo es hacerlo sin dinero y sin conocer el idioma, y así es como se puede estar perdido tres días en medio del gentío que hay casi a cualquier hora en el aeropuerto de El Prat. Es una incongruencia, aunque hay gente que ha vivido mucho más tiempo en una terminal de un aeropuerto.
Uno de ellos es Anthony Delaney. Trabajaba como 'chef' en un restaurante de Buckinghamshire y se quedó en el paro. Al perder el trabajo se trasladó a Sussex. Anthony comenzó a utilizar los servicios que ofrecía el aeropuerto "por desesperación", ya que se vio sumido en una "espiral de mala suerte". Sólo salía del aeropuerto una vez por semana para recoger la paga que el gobierno británico otorga a los parados.
En varias ocasiones fue advertido por las autoridades del aeropuerto para que saliera de las instalaciones, y en 2006 recibió una orden para que no volviera por el aeropuerto ni por su estación de tren hasta 2011. Recorrió la orden, pero no había otra posibilidad de recurso.
Otro caso es el de Mehran Karimi Nasseri, a quien puso cara del actor Tom Hanks en la película La terminal, de Steven Spielberg. Hanks se llamaba Viktor Navorski y vivió en el aeropuerto JFK de Nueva York, aunque la verdadera historia de Nasseri se desarrolló en el aeropuerto Charles De Gaulle de París, donde vivió durante dieciocho años.
De hecho, vivir en un lugar donde no cierran nunca y con aire acondicionado, es tentador y relativamente fácil, siempre cae algo de comida. Me consta que algunos hay, al menos en el aeropuerto del Prat, y más que habrá al paso que vamos. En Grecia están quemando leña para calentarse, una leña que lo contamina todo hasta extremos preocupantes, y hay que recordar que diga lo que diga la tropa que nos manda, punto por punto, vamos siguiendo los pasos de Grecia de forma inexorable. Lo peor está por llegar.
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