EL SUBMARINO S80 I BOB ESPONJA




El nuevo submarino S80 pesa demasiado. Navantia tendrá que alargarlos para garantizar su flotabilidad. El primero de los nuevos submarinos S-80 podría no llegar a tiempo. Durante la fase de construcción han aparecido diversos problemas no observados en el diseño inicial. El principal, su peso: Navantia deberá aumentar su eslora para garantizar su flotabilidad y operatividad.

El Confidencial Digital informaba recientemente que, de momento, la gran carena del submarino ‘Tramontana’ no está prevista. No se tiene en mente asumir el coste que generarían estas labores de actualización y reparación del submarino, por lo que su vida útil llegaría a su fin este próximo verano.

Sin embargo, los planes de la Armada, tal y como explican fuentes militares a ECD, pasan por “una temporada de baja disponibilidad de arma submarina” que dejarían a España bajo mínimos de submarinos hasta la llegada del primero de los S-80, en principio estimada para 2016.

Pero los problemas se van acumulando. Se había hablado mucho en círculos de la Armada de diversos defectos de diseño del S-80, contratiempos que en principio no eran graves y se subsanaban sumando horas de trabajo. Pero la realidad parece mucho más grave.

Según fuentes extraoficiales de Navantia –constructor del buque-, el S-80 tiene un problema de peso. Los cálculos iniciales que soportaba el casco son muy inferiores a los finales –introduciendo todos los equipos electrónicos y de guerra-, así como algunas novedades introducidas en el apartado de la habitabilidad.

Por ello, en estos círculos se da por hecho que el primero de la serie S-80 no llegará en 2016. Navantia deberá encontrar una solución a este problema, que pasaría por aumentar la eslora del buque para compensar el sobrepeso.

De confirmarse dicha solución, el proyecto sumaría meses al tiempo estimado de construcción llegando a 2017. Cabe recordar que el ‘Mistral’, que finalizó su carena en 2011, se ‘jubila’ en 2016, por lo que España quedaría durante un año al menos con un solo submarino, el ‘Galerna’.

Dicho de manera comprensible, este submarino, puede flotar y se puede sumergir pero se ve que no podría volver a salir a la superficie que es una de las gracias de los submarinos, que se sumergen y vuelvan a emerger. La tonteria esta que hace aguas tiene un coste de 517 millones de euros, pero resulta que detras se han de construir tres más, con un coste total de entre 1.700 y 2.100 millones de euros, según las fuentes.

Dicen que no saben por dónde recortar, pues aparte del Senado y Diputaciones, podrían empezar por aquí y dejar de malgastar dos mil millones de euros en unos submarinos que no se necesitan para nada y que además, si se sumergen en el fondo del mar ya no pueden salir, se quedarían a hacer compañía a Bob Esponja. Cosas de la 'Marca España'

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