Tocar fondo no quiere decir nada. Ni el fondo de la desesperación, ni el fondo del odio, de la decadencia etílica, de la soledad orgullosa. La imagen demasiado bella del buzo que, con una patada vigorosa, regresa a la superficie, está allí para recordarte, si acaso fuera necesario, que aquel que ha caído tiene derecho a todos los honores: la misericordia de Dios se extiende sobre él como sobre los habitantes del cielo a los que El da el sustento. Los pescadores, como los buzos, están hechos para ser absueltos - Georges Perec (un hombre que duerme)
Ecos lejanos, 25
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Está bien y no está bien, dice Judit devolviéndome las cuartillas. No ha
tardado apenas nada en leerlo y no me he resistido a preguntar. ¿Se lo ha
le...
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