DE PRINCIPIOS


Creéis que un ministro, un hombres distinguido, tiene tal o cual principio, y lo creéis porque se lo habeís oido decir. Por consiguiente, os absteneis de pedirle tal o cual cosa que le pondría en contradicción con su máxima favorita. Pronto sabréis que habéis sido engañados, y le veis hacer cosas que os prueban que un ministro no tiene principios, sino únicamente el hábito, el tic de decir tal o cual cosa. Sebastián Nicolás Roch - CHAMFORT

Publicar un comentario

0 Comentarios