Bien mirado, el eufemismo en si mismo es ya una mentira, y los eufemismos en política están a la orden del día. Saber mentir de manera convincente no es fácil, parecería que lo más importante es tener memoria, pero incluso para mentir hay que saber hacerlo con elegancia y un cierto estilo, que es precisamente lo que son incapaces de hacer la mayoría de nuestros políticos, sobre todo - por ejemplo - el Sr. Montoro, víctima de las videotecas o fonotecas donde se manifiestan todas sus mentiras, eufemismos y contradicciones anteriores. Hay especímenes que no hay ni que analizar, son directamente indigentes mentales, sin remisión y totalmente irrecuperables, en el Pp catalán hay unos cuantos y sobre todo unas cuantas.