Según afirma el científico Juan Maldacena, el Universo podría ser una enorme proyección, un enorme holograma. Parece una teoría bastante inverosímil, pero que hay que tenerla en cuenta, atendido escapa de nuestra comprensión. Hace un tiempo publiqué este cuento que toca el mismo tema en otra vertiente. ¿Inverosímil? o ¿posible?
"El doctor Bastos tenía motivos sobrados para estar nervioso, más que nervioso, excitado exactamente, y no era para menos, en unas pocas horas la Nave Galaxy XII volvería de su periplo de treinta años de viaje, y no volvía la nave de un viaje cualquiera, ¡no! La nave Galaxy venía de los confines del Universo, del final o el principio.
Gracias al profesor Store que había descubierto el koltryp que permitía viajar a diez veces la velocidad de la luz y el hecho de aprovechar los atajos de los agujeros negros, en unos pocas horas el doctor Bastos tendría muchas preguntas a hacer al Comandante Hartley.
Los nervios de Bastos venían dados porque la última comunicación que había recibido de Hartley antes de invernar para el retorno, le había dejado preocupado, sobre todo de la manera en que le había hablado este, hasta el punto de saber de memoria el mensaje grabado por el cosmonauta:
“Hola Jack, Ya estoy de vuelta, querría explicarte muchas cosas, pero no se por donde empezar, ahora no te lo pienso decir, es demasiado delicado, inaudito. diría yo, casi sobrepasa mi capacidad de comprensión humana. Cuando llegue espero me tengas preparado un buen y añorado vaso de Bourbon, o mejor aún la botella entera, después te lo explicaré todo, y si no llegara, mejor harás al desconocer lo que he descubierto, sólo lo sé yo, ni a ninguno de los compañeros le he dicho. Adiós! Hasta dentro de ocho meses.
ocho meses después.
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Alrededore de las tres de la madrugada el Centro de Control de Houston confirmó la entrada a la atmósfera terrestre del Galaxy XII y en menos de quince minutos esta aterrizaba a la pista central. Hechas todas las operaciones de rutina, se procedió a entrar a la nave, primero el doctor Bastos seguido de un equipo médico de reconocimiento. Hartley y sus ayudantes estaban acabando de recoger sus pertenencias cuando ellos entraron al aposento principal de la nave. Hartley miró fijamente a Bastos, ambos se abrazaron, no intercambiaron más que las clásicas palabras de bienvenida, no era aquí el lugar donde le tenía que aclarar Hartley el misterio al Doctor Bastos.
Hecha la revisión a los cosmonautas Hartley y Bastos se fueron al despacho de este último. Una botella de Bourbon y dos vasos les esperaban encima de la mesita. Ambos se sentaron y Bastos le dijo:
- Amigo mío, aquí tienes el Bourbon, ahora explícate que me tienes de los nervios desde que me dejaste el último y críptico mensaje hace ocho meses. Hartley se llenó el vaso y sorbió el bourbon,chasqueó la lengua y encendió un pitillo, aspiró profundamente y soltó poco a poco el humo…
- Jack, lo que te explicaré sólo lo sabremos tú y yo, ya te dije en el último mensaje que mis ayudantes Scott y Radowski, no han sido informados de la verdad que descubrí.
Verás: Tal como habíamos programado llegamos al final del Universo, allí donde suponíamos habría la nada, todo era correcto y habíamos llegado al lugar adecuado, pero había una cosa con la que no habíamos contado… - *Qué! le interrumpió nervioso el Doctor.
- Espérate, déjame acabar… Bien, en realidad fue el ordenador quién lo detectó, dado que dadas las medidas de todo el conjunto era imposible que nosotros nos diéramos cuenta. Recuerdo perfectamente que cuando envió la información yo estaba solo, Scott estaba descansado y Radowski había ido a reparar unos sensores de la parte posterior de la nave. Leí el informe tres o cuatro veces porque me parecía una locura, pedí confirmación al ordenador e insistió en la misma respuesta.
- Pero! Que coño decía el mensaje? – le interrumpió Bastos.
- Una cosa muy simple amigo mío, nuestro sistema solar, todo el universo que nos rodea, es sólo una pequeñísima y ínfima molécula ubicada en el interior de un cuerpo vivo de unas dimensiones y estructura inimaginables para nosotros.
- Dioses! estás seguro? - Segurísimo todas las coordenadas, todos los datos son correctos.
- Entonces quiere decir que dentro de cada uno de nosotros podría haber todo un Universo?
- Exactamente, y en nuestro caso somos una pequeñísima parte de un todo que puede ser otra parte de otro todo, y así hasta el infinito.
- Y que tenemos que hacer, no se puede dar esta noticía así como así.
- No daremos la noticía Jack, porque no existirá, he destruido toda la información. Hay cosas que es mejor no se sepan, se montaría demasiado ajetreo y no serviría para nada, salvo dejar bajo mínima lo nuestros ego como especie.
- Tienes razón Jack, ponme otro Bourbon a ver si le ponemos un poco de marcha a nuestras Galaxias interiores….."
Gracias al profesor Store que había descubierto el koltryp que permitía viajar a diez veces la velocidad de la luz y el hecho de aprovechar los atajos de los agujeros negros, en unos pocas horas el doctor Bastos tendría muchas preguntas a hacer al Comandante Hartley.
Los nervios de Bastos venían dados porque la última comunicación que había recibido de Hartley antes de invernar para el retorno, le había dejado preocupado, sobre todo de la manera en que le había hablado este, hasta el punto de saber de memoria el mensaje grabado por el cosmonauta:
“Hola Jack, Ya estoy de vuelta, querría explicarte muchas cosas, pero no se por donde empezar, ahora no te lo pienso decir, es demasiado delicado, inaudito. diría yo, casi sobrepasa mi capacidad de comprensión humana. Cuando llegue espero me tengas preparado un buen y añorado vaso de Bourbon, o mejor aún la botella entera, después te lo explicaré todo, y si no llegara, mejor harás al desconocer lo que he descubierto, sólo lo sé yo, ni a ninguno de los compañeros le he dicho. Adiós! Hasta dentro de ocho meses.
ocho meses después.
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Alrededore de las tres de la madrugada el Centro de Control de Houston confirmó la entrada a la atmósfera terrestre del Galaxy XII y en menos de quince minutos esta aterrizaba a la pista central. Hechas todas las operaciones de rutina, se procedió a entrar a la nave, primero el doctor Bastos seguido de un equipo médico de reconocimiento. Hartley y sus ayudantes estaban acabando de recoger sus pertenencias cuando ellos entraron al aposento principal de la nave. Hartley miró fijamente a Bastos, ambos se abrazaron, no intercambiaron más que las clásicas palabras de bienvenida, no era aquí el lugar donde le tenía que aclarar Hartley el misterio al Doctor Bastos.
Hecha la revisión a los cosmonautas Hartley y Bastos se fueron al despacho de este último. Una botella de Bourbon y dos vasos les esperaban encima de la mesita. Ambos se sentaron y Bastos le dijo:
- Amigo mío, aquí tienes el Bourbon, ahora explícate que me tienes de los nervios desde que me dejaste el último y críptico mensaje hace ocho meses. Hartley se llenó el vaso y sorbió el bourbon,chasqueó la lengua y encendió un pitillo, aspiró profundamente y soltó poco a poco el humo…
- Jack, lo que te explicaré sólo lo sabremos tú y yo, ya te dije en el último mensaje que mis ayudantes Scott y Radowski, no han sido informados de la verdad que descubrí.
Verás: Tal como habíamos programado llegamos al final del Universo, allí donde suponíamos habría la nada, todo era correcto y habíamos llegado al lugar adecuado, pero había una cosa con la que no habíamos contado… - *Qué! le interrumpió nervioso el Doctor.
- Espérate, déjame acabar… Bien, en realidad fue el ordenador quién lo detectó, dado que dadas las medidas de todo el conjunto era imposible que nosotros nos diéramos cuenta. Recuerdo perfectamente que cuando envió la información yo estaba solo, Scott estaba descansado y Radowski había ido a reparar unos sensores de la parte posterior de la nave. Leí el informe tres o cuatro veces porque me parecía una locura, pedí confirmación al ordenador e insistió en la misma respuesta.
- Pero! Que coño decía el mensaje? – le interrumpió Bastos.
- Una cosa muy simple amigo mío, nuestro sistema solar, todo el universo que nos rodea, es sólo una pequeñísima y ínfima molécula ubicada en el interior de un cuerpo vivo de unas dimensiones y estructura inimaginables para nosotros.
- Dioses! estás seguro? - Segurísimo todas las coordenadas, todos los datos son correctos.
- Entonces quiere decir que dentro de cada uno de nosotros podría haber todo un Universo?
- Exactamente, y en nuestro caso somos una pequeñísima parte de un todo que puede ser otra parte de otro todo, y así hasta el infinito.
- Y que tenemos que hacer, no se puede dar esta noticía así como así.
- No daremos la noticía Jack, porque no existirá, he destruido toda la información. Hay cosas que es mejor no se sepan, se montaría demasiado ajetreo y no serviría para nada, salvo dejar bajo mínima lo nuestros ego como especie.
- Tienes razón Jack, ponme otro Bourbon a ver si le ponemos un poco de marcha a nuestras Galaxias interiores….."
"L'univers m'embarasse, et je ne peux songer que cette horloge existe et n'ait point d'horloger." Voltaire
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