Ha habido poco cinismo y mucha hipocresía ante la muerte de Nelson Mandela, aquí casi todo el mundo se ha apuntado a la alabanza llena de tópicos, aspecto que de hecho es bastante frecuente cuando muere alguien muy conocido. Desmedido en sus manifestaciones Obama y desafortunado el premier checo Jiri Rusnok que al dejarse el micro abierto exclamó: "Joder, tío, y ahora además se ha muerto Mandela. No tengo ningunas ganas de ir"; Rusnok, fue sincero, o sea cínico, porque el cinismo es decir lo que se piensa, o sea lo contrario de la hipocresía que es querer quedar bien y hacer el paripé de ir a Sudáfrica al funeral aparentando en muchos casos una condolencia puramente hipócrita.
Me pregunto cuántos de los dirigentes que irán conmocionados a su funeral se han molestado en comprender su mensaje y seguir su ejemplo en favor de la democracia y los derechos humanos. No es necesario que asistan a los funerales, que simulen estar profundamente conmocionados, ni que hagan declaraciones de pésame tópicas o que interpreten el papel del dirigente conmovido y humano.

Como hipócrita es la crítica de ICV sobre la boda de la sobrina de la familia Mittal celebrado en Barcelona este fin de semana, sobre todo cuando se quejan de que se cerrara el MNAC, que es un espacio público, para celebrar la fiesta, el mismo museo que por cierto, formando parte ICV del Tripartito, también se cerró al público para una actuación especial organizada por una entidad bancaria - con 300 invitados - ..... de los Rolling Stones ..... , quizá porque los Stones son muy progres, y aquí a los de ICV les pareció bien, o al menos no se quejaron.