El presidente ruso, Vladimir Putin, dejó ayer claro que irá hasta el final para defender los intereses rusos en Ucrania. El líder del Kremlin pidió y obtuvo el permiso del Consejo de la Federación (Cámara alta del Parlamento) para enviar sus tropas al territorio ucraniano, en particular, a la península de Crimea, poblada por una mayoría rusa, donde Moscú tiene la su principal base naval en el mar Negro. Y si alguien duda de sus intenciones, que lo deje; Putin se siente fuerte y quiere recuperar los territorios perdidos cuando la desmembración de la URSS. De hecho, Putin, juega con ventaja, sabe que nadie, ni los Estados Unidos ni Europa moverá un dedo por Ucrania, y tampoco para el resto países escindidos de la antigua URSS que vendrán después.
Hay lugares malditos a lo largo de la historia, Ucrania es uno de ellos.
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