La Audiencia Provincial de Madrid ha considerado que el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Plá, ejerció su derecho a la libertad ideológica, religiosa y de opinión al criticar la homosexualidad durante una homilía oficiada en 2012, que suscitó una gran polémica al considerarse homófobas sus palabras.

Por este motivo, el tribunal madrileño ha desestimado el recurso de apelación que el partido Soberanía de la Razón interpuso contra la decisión del Juzgado de Instrucción número 6 de Alcalá de archivar la querella presentada contra el prelado por considerar que no constituyó la comisión de un delito de provocación a la discriminación del colectivo gay.

Estas lamentables declaraciones no han llamado la atención ni alarmado al Ministro Fernández Díaz, y ya se ve que a la Audiencia Provincial de Madrid, tampoco, que ha considerado que las lamentables y homófobas declaraciones de Juan Antonio Reig no constituyen un delito. De hecho, tiene su lógica, tanto el Sr.Fernández Díaz como la Audiencia Provincial de Madrid, piensan lo mismo sobre los homosexuales, que el Obispo de Alcalá, y es por ello que no consideran graves ni ofensivas las palabras de éste.

Desde que la red es red, sea vía twitter, Facebook, blogs o diarios digitales, ha habido gamberros anónimos que han insultado, amenazado y atiado el odio hacia otros; de estos miserables cobardes ha habido siempre, solo que en la red cogen mucha más difusión cuando vomitan sus miserables insultos o amenazas. Amenazas que no afectan sólo al Pp, pues afectan a todos, políticos y no políticos. Pero ha sido a raíz del caso del asesinato de la Presidenta de la Diputación de León, cuando el Sr.Ministro ha decidido controlar los incontrolados en la red, aunque ya me veo venir, que lo que pretende el Sr.Ministro, es controlar la libertad de expresión, obviamente, la libertad de expresión de quienes no son de su palo, además de hacer un miserable uso político del caso.

Cualquiera sabe, que a través de la IP es fàcil identificar cualquier anónimo, y esta identificación y posterior denuncia ya está comtemplada y tipificada por la justicia, que puede actuar contra el difamador o insultador anónimo de turno, salvo que los insultos, la homofobia o el odio la practique un Obispo, o el personal que pulula por periódicos, radios o telas de la caverna de la capital.

La cruz que hay al final de la cadena de la que se ve un trozo a la fotografía, la he recortado, este Obispo es indigno de llevarla.