Stanisław Jerzy Lec fue un escritor y poeta polaco. De familia noble judía, es uno de los más importantes aforistas del siglo XX. Aquí tenéis unos cuantos de sus aforismos, imprescindibles para entender su mordacidad.

Todos desean tu bien. No dejes que te lo quiten. 
Cuando el agua te llega al cuello, no te preocupes si no es potable. 
La ignorancia humana no permanece detrás de la ciencia, crece tan rápidamente como ésta. 
La primera obligación de la inteligencia es desconfiar de ella misma. 
El progreso de la medicina nos depara el fin de aquella época liberal en la 
que el hombre aún podía morirse de lo que quería. 
Cuando saltes de alegría, cuida de que nadie te quite la tierra bajo los pies. 
Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla. 
Tenía la conciencia limpia; no la usaba nunca.
 
Para hacerse oír, a veces hay que cerrar la boca. 
El primer requisito de la inmortalidad es la muerte. 
Preveo la desaparición del canibalismo. El hombre está asqueado del hombre. 
El amor a la patria no conoce fronteras ajenas. 
Siempre habrá esquimales que confeccionen para los habitantes del Congo reglas de comportamiento en las épocas de grandes calores. 
Seamos discretos. No preguntemos a la gente si vive.
 
¿Significa progreso que el antropófago coma con cuchillo y tenedor? 
Entra dentro de ti sin llamar. 
Muchos que se adelantaron a su tiempo tuvieron que esperar en lugares poco cómodos. 
El que busca el cielo en la tierra se ha dormido en clase de geografía. 
A los silenciosos no se les puede quitar la palabra. 
Que muriese no prueba que hubiese vivido. 
Los caníbales prefieren a los que no tienen espina dorsal.