Desde la infancia percibía ya el deslizarse de las horas, libres de toda referencia, de todo acto y de todo acontecimiento, el desglose del tiempo de lo que no era tiempo, su existencia autónoma, su estatuto particular, su imperio; su tiranía. Recuerdo con perfecta claridad aquella tarde en que, por vez primera, frente al universo vacante, yo era sólo una fuga de instantes rebeldes que se negaban a cumplir su función propia. El tiempo se desprendía del ser a mis expensas. - EM.CIORAN