El orden político descansa fundamentalmente en dos principios contrarios: la autoridad y la Libertad. El primero comienza; el segundo determina. Todos los gobiernos de hecho, cualesquiera que sean sus motivos o reservas, están reducidos a la una o la otra de estas dos fórmulas: Subordinación de la autoridad a la libertad, o subordinación de la libertad a la autoridad. No nos engañemos, la democracia no es más que un poder arbitrario constitucional que ha sustituido a otro poder arbitrario constitucional. - Pierre Joseph Proudhon.
Dirección única. Abluciones
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"Y para ver hay que elevar el cuerpo,
la vida entera entrando en la mirada"
Claudio Rodríguez, poema *Hacia la luz*.
El hombre abre l...
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