No hay perros peligrosos, si acaso hay dueños peligrosos que los han adiestrado para que los perros también lo sean. Un perro no nace peligroso. ni se vuelve peligroso por si mismo, sea de la raza que sea, como con los niños hay que educarlos en la perversión, la peligrosidad viene después por añadido, no como valor, sino como demérito.