Quizás se puede practicar la virtud en la más absoluta soledad, y los Padres del Desierto serían un ejemplo. Pero el 'vicio', todos los 'vicios', piden siempre compañía, o sea cómplices. No, no hay 'vicios solitarios', por más que a veces lo pueda parecer o lo parezca ... JOAN FUSTER