Amanecer en Manhattan, la quinta avenida está desierta, se vislumbra un taxi al final que se va acercando. Una armónica desgrana las primeras notas de Moon River mientras el taxi se detiene ante Tiffany's. Entonces, baja ella, vestido de noche negro, cabello recogido, gafas de sol y una bolsa de papel en la mano derecha. Y desayuna en Tiffany's, un croissant y un café. 
Dicen que los humanos somos cada uno, único e irrepetible, no lo sé, pero esta maravillosa escena de cine y ella, si son únicas e irrepetibles.