La Unión Romaní ha pedido la dimisión del director de la Real Academia Española (RAE), Darío Villanueva, para que la próxima edición del diccionario incluirá la acepción de "gitano" como "trapacero", aquel que "con astucia, falsedades y mentiras procura engañar a alguien en algún asunto ".
En un comunicado, el presidente de la Unión Romaní, Juan de Dios Ramírez, ha opinado que la "obstinación" de Darío Villanueva a mantener la definición de gitano como "trapacero" lo descalifica para ser el director de la Real Academia Española.

Curioso qué, en traducirlo al catalán, trapacero pasa a ser 'trapella' (travieso), como Daniel, o sea como un niño travieso, y entiendo que su significado cambia totalmente del que se le da en castellano.

Dicho esto, de buen rollo le diría al Sr. Juan de Dios Ramirez, que se lo tome como quiera, pero la mayoría de gitanos lo son de trapaceros y cantamañanas, por qué va en su ADN, y lo digo con conocimiento de causa por proximidad a zona gitana de donde vivo, y eso no es ni bueno ni malo, es así: los gitanos son gitanos, y se comportan como tales, van a la suya y las leyes para ellos son un elemento extraño, se rigen por las suyas, al igual que ocurre con las costumbres. Son la única etnia que nadie ha conseguido domesticar, y son igual y se comportan igual ahora, que quinientos años atrás, manteniéndose sus costumbres y leyes propias.


En contra de lo que se pueda pensar, son gente de palabra, y mucho, con ellos no se necesitan papeles firmados, no es necesario, y lo digo por experiencia propia, de la misma manera que es fácil engañarlos a la hora de regatear un precio, mucho más fácil de lo que parece, porque no sólo los gitanos son trapaceros, canteules y cantamañanas, los otros, los payos, también lo somos, la mayoría, y algunos, incluso más que los gitanos.