"La balsa de piedra" es una novela de José Saramago que se puede contemplar desde muchos ángulos, la novela de un realismo fantástico, nos cuenta como la Península Ibérica se separa de Europa, la falla de los Pirineos se rompe y en separarse la Península Ibérica comienza a flotar Atlántico abajo en dirección a sud-america. Es como si a Saramago le gustara jugar con la realidad, que quisiera, aunque el arraigo en la realidad es uno de los aspectos principales de "La balsa de piedra". Aunque parece que se divierte con cosas fantásticas, su intento es llegar más cerca de la realidad, expresarlo con más fuerza, mediante el recurso a temas o maneras de tratarlos a primera vista no parecen tener nada ver con la observación real. Desde su visión, la novela es el mensaje político y humano que nos deja esta metáfora de unión entre la Península Ibérica y América Latina. Saramago, que creía también en una península unida 'Iberia' mucho me temo que confundía deseos con realidades. Y aquí estamos nosotros anclados en Europa, en la popa del barco enseñándole el culo en África y Sudamérica.

Estamos al final de la nada, inmersos en un proyecto en el que pocos creen y que sólo sirve como chivo expiatorio para darle la culpa de todo lo que no funciona. Si antes cuando se averiaba la tele decíamos aquello de: "es de ellos" ahora, todas las culpas son de Europa, quizá porque nadie (o casi) se ha tomado la molestia de explicarnos todas las medidas positivas para sus ciudadanos que se toman en Bruselas.
Pretendemos una Unión Europea unida, unos Estados Unidos de Europa y aquí ni siquiera hemos sido capaces de unir nuestra Península Ibérica, y aunque el mal no viene de Almansa, si es cierto que viene de "la meseta" y con estos no hay nada que hacer, cuando un Estado se detiene en su tiempo político e intelectual a finales del siglo diecinueve primeros del veinte y ya se ve que es incapaz de evolucionar, encerrado en un callejón sin salida, no hay nada que hacer. Ellos sí que ven lejos Europa, muy lejos, a más de un siglo de distancia. Y ni siquiera se han dado cuenta. "

Y aqui estamos nosotros con las plebiscitarias del 27S. En el caso de una Cataluña independiente y fuera del Euro, se plantean una serie de cuestiones a tener en cuenta: Crédito no tendremos, ya no tenemos ahora que dependemos de los anticipos que nos va anticipando con cuenta gotas el Gobierno. Pero tendríamos fronteras por donde tendría que pasar todo el tráfico de España y Portugal, lo cual no deja de ser interesante, en parte, no se yo si al estar fuera de Europa nos permitiría la posibilidad de ser paraíso fiscal. Todo ello, complejo e incierto, demasiado incierto, el sentido del voto de un millón de pensionistas puede ser decisivo, por que las pensiones y su cobro serían la primera víctima en caso de secesión, y también por qué aquí no se han explicado muchos de los inconvenientes que tendremos al estar fuera de España y de Europa. Este mesianismo ideológico lo pinta todo de color de rosa cuando la perspectiva es de color negro y más que mentir omiten muchos de los inconvenientes que deberíamos sufrir.
Tampoco es tan incierto este 27S, mi impresión es que Junts pel SÍ quedará relativamente lejos de la mayoría absoluta a pesar del posible apoyo de la CUP en la investidura (o la abstención), la clave la tendrán C 's y Catalunya sí que es pot. O así me lo parece a mí.