TERCER MUNDO


Desde la seguridad del abrigo de casa
contemplo este mundo alborotado.
En verdad querría intentar arreglar
muchas de las cosas que no me gustan
pero es trabajo muy pesado y poco agradecido,
que necesita de muchas complicidades
y quien más quien menos no está por la labor.
Es mucho más fácil pontificar,
si puede ser con la barriga llena
y una cerveza en la mano
tranquilizar la conciencia con cuotas
que mensualmente te carga el banco,
divagar perdido en medio de palabras vacías
y algun que otro eufemismo. Justificar
esta carencia con medias verdades
excusas de mal pagador, o esconder
la cabeza bajo el ala cual avestruz cobarde
dando la culpa a los otros, por supuesto.
Acaba de morir alguien en algún lugar
de una muerte que no lo correspondía
no tiene rostro, nombre, raza ni edad
pero posiblemente habría sido posible
si fuéramos más conscientes, evitarlo.
Al tercer mundo, le hemos puesto más,
bastante más que un doble cristal,
toneladas de cinismo e indiferencia

mientras miramos hacia otro lado

el lado de nuestra comodidad.

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