"El problema es que Mas ya no lidera esto, va a remolque. Nos encontramos en la situación más grave para la democracia desde el 23-F. El discurso tan sectario de Forcadell, la persona que representa a todos los parlamentarios, resulta inconcebible. Hay dos millones de personas movilizadas y un parlamento que ha advertido de que no van a aplicar las leyes. A alguien se le va a ir la olla y saltará la chispa. Lo que busca el nacionalismo es dar la mayoría absoluta a Rajoy, porque es lo que les interesa para mantenerse vivos. Un presidente conciliador les perjudica. No quieren sentarse a dialogar para llegar a acuerdos", explica un destacado miembro del PSC que no daba crédito a lo que escuchó en directo el día 26, y que añade con ironía: "Cuelgo, que nos deben estar cobrando el roaming".

La desconexión ha comenzado. Pero al ciudadano, la respuesta de bancos y emblemáticas empresas catalanas con intereses nacionales no le va a llegar hasta que la situación política toque techo. "El problema es que la clase empresarial es muy cobarde. En privado no dudan en llevarse las manos a la cabeza y hablar sobre cómo parar el disparate o de cómo salir indemne. Antes de que se noten sus movimientos, va a reventar todo", apunta un político catalán que mantiene estrechas relaciones con el poder económico en Cataluña.

La calma de las fuentes económicas de Convergència contrasta con los nervios entre los medios próximos a la banca y entre políticos socialistas o de Ciudadanos, convencidos de que dos meses -o siete semanas- pueden ser tremendos. "Si con suerte no hay ningún incidente de orden público ni ningún enfrentamiento, lo que no van a poder parar, y sólo podremos evaluar dentro de tiempo, es la fuga de capitales, que a estas alturas ya se debe de estar produciendo, aunque nos lo oculten. Por mucho que la banca se explique fuera, ya sea en la City londinende o en Wall Street, el dinero es miedoso. Y lo asombroso es que todo este proceso se esta produciendo sin un Gobierno firme y con un Mas acosado por la corrupción y en funciones", apunta un economista catalán de izquierdas, hoy sospechoso para los independentistas.

Pilar Portero y Ana Cañil - elhuffingtonpost.es