NADA ES LO QUE PARECE


Cuesta diferenciar que es la realidad, lo que está sucediendo en el instante, con la ficción, con una realidad en otro espacio tiempo. Cuando ves un partido de fútbol en la televisión, o cualquier otra retransmisión en directo, no sabes si realmente aquello que te están ofreciendo es a tiempo real, si hay delay, o si está grabado y por lo tanto es en diferido. Ya sé que en un rincón de la pantalla pone 'directo', pero esto es un simple rótulo que puede ser falso.


Cuando a veces escucho hablar a Rajoy, no se nunca si es en directo o anterior, y no me pasa sólo con él. Nada de lo que nos están enseñando es verdad y tampoco es mentira, pero crean en nosotros la sombra de la duda, tal vez porque ya no nos creemos a nadie y desconfiamos de todo. Y es que nada es lo que parece y nada parece lo que es. La fotografía que encabeza el escrito y la del medio, no son de imágenes reales, se trato de pinturas al óleo hiperrealistas expuestos en la fundación Thyssen, y en cambio parecen reales. Este es el problema. El autor se llama o se hace llamar  Richard Estes, y he de suponer que es real.
Puede ser que el sueño sea la realidad y la realidad un sueño, desaparecido el estado de alerta, o en ambos supuestos, una pesadilla.

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