Explican en el Periódico una historia que ya había comentado aquí hace 5 años: antes de devolver el negro disecado del museo Darder a Botswana, el ayuntamiento de Banyoles ordenó hacer una copia del mismo para guardarla. Este hecho que parece se ha sabido ahora, coincidiría con lo que publiqué hace cinco años, lo que no sé es si la copia con silicona que se hizo acabó con el negro original como me explicaron a mí, o no .... os dejo el texto original:
¿QUÉ NEGRO ENVARON A BOTSWANA?
Cuando alguien se pregunta: ¿realmente los restos que se entregaron del negro de Banyoles eran los suyos?. ¡No estoy seguro! afirma con la boca pequeña que os está escribiendo, y digo con la boca pequeña porque no tengo ninguna prueba fehaciente. Todo lo que sé me lo explicaron en una cena del gremio de panaderos de la provincia de Girona en Vilamalla hace ya varios años.
"Parece ser que una vez el ayuntamiento de Banyoles y los responsables del museo Darder decidieron devolver el negro a su país de origen, tuvieron el pensamiento de hacer una copia para guardarla en el museo. No se sabe a qué artista le encargaron el trabajo (o no me lo quisieron decir), la cuestión es que forraron al negro y le echaron silicona caliente para hacer un molde, y lo que sucedió es que el negro dañado y desgastado como estaba que era casi una capa tras otra de betún y dentro relleno de paja, con el calor se desmenuzó, ¡vaya! que se fundió y quedó en nada. Una vez vista la magnitud de la tragedia se dice que se tuvo que recurrir al cementerio del pueblo a encontrar una calavera que más o menos se pareciera al bosquimano, y esto es lo que enviaron a Botsuana.
No se si esta historia que me contaron y que os he contado, es una tomadura de pelo, una leyenda urbana o posiblemente sea cierta, pues el doctor Arcelin artífice del regreso del negro y que residía en Cambrils, ya manifestó al ver la calavera que los dientes no le cuadraban, pero me imagino que ya no quiso remover más la cuestión y matarlo de una vez."
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