"En el futuro cualquier imbécil tendrá derecho a sus cinco minutos de gloria" - dejó dicho Andy Warhol - Estas fueron sus premonitorias palabras. A día de hoy lo podemos ver en la Televisión, donde la gente casi mata o pagaría por salir a explicar a menudo sus miserias, o estos programas dichos del corazón, que del corazón poco tienen. Recuerde los padres que hace seis años hicieron creer que su hijo iba en aquel globo de helio y no era más que un montaje para tener una momentánea notoriedad y presencia en los medios, o los fakes que se inventa la gente a menudo por el mismo motivo.

Mucho tienen que ver los padres con estos disparates, o ¿es que acaso Sergi Bruguera habría sido tenista de élite de no ser por la insistencia de su padre,? o Toni Elías más de lo mismo, aunque esta sería otro tipo de notoriedad, como proyectar las metas no alcanzadas del progenitor en su hijo. ¿Cuántos padres exigen a sus hijos sobre todo en el deporte que sean lo que ellos no pudieron ser?
Mi padre nunca me exigió nada, ni me pidió que logra ningún hito glorioso, sólo me inculcó que fuera respetuoso, que sobre todo no destacara, que me mantuviera siempre en medio, ni arriba ni abajo, que no fuera el primero, el mejor, no era importante, y si lo tenía que ser ya lo sería, pero no por la obsesión de serlo.
A resultas de ello, lo que consiguió en mí es una ausencia absoluta de ego, de vanidad, que hace que no dé ninguna importancia a nada de lo que hago, y lo digo sinceramente, y de hecho, es una suerte y una ventaja, me ahorra muchos dolores de cabeza y inconveniencias frustrantes.

En vez de enseñar a los niños los valores fundamentales del esfuerzo, el trabajo bien hecho, la amistad y el respeto, sólo se les enseña a competir, a ser el primero de lo que sea y a costa de lo que sea, o salir en la tele por nada, sólo por el páramo personal e intelectual que hay detrás contemplándolo.
Volviendo a la gloria, a los cinco minutos de gloria de Warhol, la gloria es incierta y poco duradera, efímera en muchos casos y lo único que genera tras desvanecerse es frustración, y esta si que es duradera, pues nadie está preparado para digerirla. Es aquí - por ejemplo - donde Cristiano Ronaldo tiene un grave problema y Leo Messi ¡no!