Todos tenemos nuestras manías, moi aussi, pocas pero tengo, una de ellas es el domingo por la mañana cuando salgo a primera horas a buscar el periódico y a comprar la chapata al panadero - por qué los domingos toca chapata untada con aceite y anchoas - es llevar el móvil en el bolsillo que en principio no sería necesario, pero tengo el presentimiento de que tiene que pasar algo y me hará falta.
De hecho no deja de ser una tontería, a esta hora de la mañana de un domingo no pasa nada, salvo unos seres extraños que al amanecer suben solos o en grupo carretera de Prats arriba, sólo se les ven los ojos, les llaman ciclistas y uno que es cómodo de viejo no entiende donde carajo van a esas horas en que todavía hace frío y apenas se ve. Considera oportuno servidor desayunar su chapata con anchoas y el vaso de Coca-Cola, luego saborear el segundo café del día y hacia las once, entonces sí, salgo a dar una vueltecita con la bicicleta, a pasear, no sea que me cansase, recordad que correr es de cobardes según el filósofo Charlie Rexach.
Tengo más de manías, pero hoy no toca.
De hecho no deja de ser una tontería, a esta hora de la mañana de un domingo no pasa nada, salvo unos seres extraños que al amanecer suben solos o en grupo carretera de Prats arriba, sólo se les ven los ojos, les llaman ciclistas y uno que es cómodo de viejo no entiende donde carajo van a esas horas en que todavía hace frío y apenas se ve. Considera oportuno servidor desayunar su chapata con anchoas y el vaso de Coca-Cola, luego saborear el segundo café del día y hacia las once, entonces sí, salgo a dar una vueltecita con la bicicleta, a pasear, no sea que me cansase, recordad que correr es de cobardes según el filósofo Charlie Rexach.
Tengo más de manías, pero hoy no toca.
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