Decía en un poema hace tiempo, que había visto pasar la vida a través de dos pantallas, la del parabrisas del coche y la del ordenador, y es que lo vemos todo a través de...., bueno, no todo pero casi, sobre todo en la ciudad. Por eso como decía ayer, es tan importante mirar, cuando miramos no sólo contemplamos, también percibimos, olemos, escuchamos, nos emocionamos, y todas estas funciones, estas emociones y percepciones, la tecnología nunca las podrá alcanzar ni sustituir, por más sofisticada que sea. Mirar, es la menos virtual de las realidades, como si todos estos inventos fueran un intento de evitarla, de evadirnos de la realidad que nos ha tocado vivir, alejándonos falsamente de ella, en vez de afrontarla, vivirla, compartirla con los demás. La tecnología es incapaz también de soñar, de noche o de día.