Este 8 de marzo no es sólo el día internacional de la mujer, este 8 de marzo es también el día en que Europa se muere, ahogada de vergüenza por la crisis de los refugiados. La decisión de inyectar dinero a Turquía para que asuma la custodia de los asilados que llegan de Siria es un auténtica ignominia, significa que cerrará Europa los ojos al genocidio del pueblo Kurdo, un Gobierno el Turco, que acaba de invadir, de apoderarse del único diario libre e íntegro que le molestaba.
Esta decisión es una victoria del eje de bloqueo de la Unión Europea liderado por la Gran Bretaña y secundado por los gobiernos del Este del continente, países donde no hace ni treinta años disfrutaban de la solidaridad del resto de europeos cuando se jugaban la vida cruzando el telón de acero. Han sido los primeros en olvidarlo y en ignorarlo. Han decidido blindar Europa, cerrar sus fronteras sin afrontar el problema de los migrantes. y ojo, cuando un país, un continente se aísla, está cavando su propia tumba. Siento vergüenza de esta comunidad de naciones insolidaria. Como dice hoy Albert Sáez en el periódico, es para bajarse de esta Europa, y de este mundo.