Un Banco decide enviar un equipo a las regatas del río Támesis, donde compiten Oxford y Cambridge (se trata de un supuesto, ya que en esta regada compiten sólo dos embarcaciones). Van seis remeros, un coordinador, un timonel y un jefe de organización. Finalmente acaban la carrera... los últimos.
Se reúne el Consejo de Administración del Banco para estudiar las causas del fracaso de su embarcación y llegan a la conclusión de que necesitan un psicólogo en la nave para animar emocionalmente a los remeros, y dicho y hecho, al año siguiente, vuelven a competir con cinco remeros, un psicólogo, un coordinador, un timonel y un jefe de organización, y vuelven a perder con más desventaja que el año anterior.
Se vuelve a reunir el Consejo de Administración y llegan a la conclusión de que lo que necesitan es un adjunto a organización para coordinar mejor entre el jefe de organización y el coordinador y el psicólogo, y así vuelven a competir al año siguiente, con 4 remeros, un psicólogo, un coordinador, un timonel, un adjunto a organización y el jefe de organización. Resultado: otro estrepitoso fracaso aún mayor.
Se vuelven a reunir los sabios del Banco, y un joven directivo prometedor con título universitario tiene una idea: suprimir el timonel, de hecho no es necesario, ya que la carrera es en línea recta y si se desvía un poco la barca, el último que rema que vigile el timón, y además, como hay mucha gente, podríamos eliminar un remero y así iría más ligera la embarcación.
Y se vuelven a presentar por cuarta vez, con un remero-timonel 2 remeros, un psicólogo, un coordinador, un adjunto a organización y el jefe de organización. Obviamente pierden todavía por más distancia que en ninguna otra edición.
Vueltos a reunirse, llegan a la conclusión de que la culpa de las derrotas reiteradas, es de los remeros que no se esfuerzan lo suficiente y que quizá se deberían cambiar por otros que pusieran más nervio. Hasta que llega un momento que el viejo Director General que no suele asistir a estas reuniones, pero ese día ha ido, les hace callar.
Escuchad! ¿Y si ponemos ocho a remar y un sólo timonel?, ¿Queréis decir que no iríamos más rápido y tendríamos alguna posibilidad de ganar?

Se hace un denso silencio en la sala de reuniones, hasta que todos los reunidos comprenden las sabias palabras llenas de sentido común del Director General y le dan la razón entre aplausos.

Al año siguiente, no ganan pero quedan segundo a poca  distancia de los primeros.

Los Bancos y la mayoría de grandes Empresas en general, funcionan de esa manera y así les ha ido.