La demonización de la clase trabajadora es el conquistador que se burla del conquistado. Durante los últimos 30 años, se ha dejado a los trabajadores sin poder en su lugar de trabajo, en los medios de comunicación, en la clase política y en la sociedad en su conjunto. Las élites dirigentes en otro tiempo temblaban ante el ruido de botas de la clase trabajadora marchando hacia Downing Street y una masa resuelta con banderas rojas y ejemplares sobados del manifiesto comunista. Allà por los años setenta, los derechistas solían quejarse de que los sindicatos eran el verdadero poder en el país. Por surrealista que parezca ahora, era la fuerza de la clase trabajadora lo que antiguamente se despreciada y ridiculizaba. Pero hoy, con su poder hecho añicos, se puede insultar impunemente a la clase trabajadora llamándoles borrachos, haraganes y chandaleros, irresponsables Y brutos, quizá, pero desde luego no peligrosos...

DEMONIZACIÓN DE LA CLASE OBRERA
CHAVS - OWEN JONES