El Tribunal Constitucional (TC) no ha admitido el recurso de amparo presentado por la Asociación de Víctimas de la Talidomida (AVITE) contra la sentencia del Supremo que les negó la indemnización que reclamaban a la farmacéutica alemana Grünenthal, al entender que la acción había prescrito.
  • España es "el único país del mundo en que el culpable demostrado sale libre de todo mal y toda causa", dice el portavoz de las víctimas de la talidomida. 
El recurso de amparo que AVITE presentó ante el TC se basa en el hecho de que esta sentencia utilizó unos informes para comprobar la relación entre el daño y el medicamento fechados "de manera errónea" en 2008, cuando son del 2010, y por tanto no estaría prescrito.

Según ha informado el vicepresidente de la Asociación de Víctimas de la Talidomida (AVITE), Rafael Basterrechea, la decisión del TC fue comunicada a última hora de la asociación, que no descarta ahora ir al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. El TC argumenta que la motivación expuesta en las resoluciones judiciales impugnadas por las víctimas de la talidomida "es suficiente" y permite conocer las razones de la decisión adoptada, y no parece, pues, "irrazonable, arbitraria o incursa en patente error". Además, el Constitucional señala que no le corresponde a este tribunal revisar la valoración de las pruebas a través de las cuales el Supremo dictó la sentencia. Por ello, en una resolución, el TC ha acordado inadmitir a trámite el recurso de amparo promovido por las víctimas españolas de la talidomida.

"Esto es el final", lamentó Basterrechea, que ha denunciado que España es "el único país del mundo en que el culpable demostrado sale libre de todo mal y toda causa" -en referencia a la farmacéutica alemana-. El Supremo rechazó en septiembre de 2015 el recurso de las víctimas y les negó la indemnización que pidieron al laboratorio, que comercializó un medicamento para embarazadas que causó malformaciones a miles de niños en las décadas de los 50 y 60, a entender que la acción de los afectados había prescrito.

Es una vergüenza, y una muestra más de quien manda realmente, en este caso las multinacionales farmacéuticas con la connivencia de un Estado corrupto, vendido, o doblegado a sus intereses. Hay para alquilar sillas para contemplar este vergonzoso espectáculo. Han pasado 59 años y aquí la causa-efecto de la talidomida es patente y muy visualizable, aunque la ceguera del TC le impida verlo. Vergüenza de tribunal que poco tiene de Constitucional y si mucho de chusquero.