Uno lee cada mañana el periódico, escucha su tertulia y ve el telenoticias en la tele: Casi un año sin gobierno en España, conspiraciones telefónicas entre unos y otros, terremotos, incendios provocados desoladores y el casi diario atentado en Afganistán, Siria, en Turquía, en Irak... no importa, mientras no sea en una ciudad europea. Los muertos se cuentan por decenas pero es pura rutina del atentado de cada día. Un muerto aquí o una chica desaparecida en Galicia es más noticia que muchos muertos en la Siria. 

Pero qué está pasando más allá de nuestro estado de conciencia, de la percepción del horror, que una bomba haya matado a unos cuántos niños en un hospital de Siria no és noticia de portada, hay que buscarla más abajo en el periódico, en su interior, no en el nuestro. Nos afecta momentàneamente, cierto, però se nos pasa enseguida, no son nuestros muertos y están muy lejos, casi como si fuera una película, así lo contemplamos y así como una mala película lo olvidamos. De hecho son noticias que aunque nos invadan impunemente las ceñimos a una pura rutina informativa diaria.

En la foto no veréis a ninguna persona, la calle está desierta, de hecho no existen estas personas des del momento en que nada nos importan. Esto funciona así, explica Aberasturi en 20 minutos. Copio textualmente: "Un total de 215.518 personas, entre civiles, militares, milicianos y rebeldes, han muerto en Siria desde el inicio de la guerra civil a mediados de marzo de 2011, según datos recopilados por la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos. La ONG explica que entre las víctimas mortales hay, al menos, 102.831 civiles, entre ellos 10.808 menores y 6.907 mujeres mayores de 18 años". Son cifras que deberían paralizar de inmediato todas instituciones de un mundo que llaman global, que deberían exigir una reunión urgente de la ONU pero Obama y Putin se miran de reojo en la cumbre de los ricos celebrada en China. Copio otra vez textualmente del informe de UNICEF: "Si continúan las tendencias actuales, 69 millones de niños morirán debido a causas evitables, 167 millones de niños vivirán en la pobreza y 750 millones de mujeres se habrán casado siendo aún niñas en 2030, la fecha límite para los Objetivos de Desarrollo Sostenible". Son cifras, pero no es fácil imaginar a 69 millones de cadáveres de críos. Copio textualmente de ese mismo informe: "Casi 50 millones de niños de todo el mundo, por hacer un cálculo prudente, han atravesado fronteras o han tenido que desplazarse a la fuerza. Más de la mitad de esas niñas y niños, 28 millones en total, han escapado de la violencia y la inseguridad". Sólo son cifras. No son nuestros muertos y su sangre no mancha el asfalto que pisamos. Esto pasa, pero pasa relativamente lejos de nuestra zona de confort y bastante tenemos ya nosotros con la crisis y el desgobierno. No son nuestros muertos, no viven en nuestra calle ni en nuestra ciudad y su sangre no mancha el asfalto ni altera nuestras conciencias.