Que las leyes y las religiónes están hechas para fastidiar al hombre, es bien cierto, véase sino el caso kafkiano de James Ward que por un desajuste jurídico, habiendo sido condenado a 10 meses lleva ya 11 años en prisión. Ward, no es la ùnica víctima de esta injusticia, de este atropello, miles de personas en el Reino Unido continúan encerrados en cárceles con penas indeterminadas por un esquema polémico que fue abolido hace cuatro años. James Ward tenía sólo 19 años cuando le dictaron una sentencia indeterminada de 10 meses de prisión por un incendio deliberado. Sin embargo, después de 11 años, sigue confinado en una prisión, informa Sky News.

Según el medio, Ward es uno de los miles de prisioneros que se encuentran actualmente en establecimientos de detención en el Reino Unido bajo el esquema de Encarcelamiento para la Protección Pública (IPP, por sus siglas en inglés), un sistema de sentencias indeterminadas que fue abolido en 2012.
La familia de James insiste en que no se le ha dado una oportunidad justa de demostrar que ya no representa un peligro para la sociedad. Su hermana, April Ward, admitió a Sky News que James "tenía problemas" por su carácter complicado, pero que "nunca tuvo ningún problema de salud mental".

En una carta enviada a su familia, James afirmó que estaba perdiendo la esperanza de salir de la cárcel. A pesar de los repetidos intentos en la última década, James no ha podido convencer a la junta que determina la libertad condicional que no es peligroso y que puede ser liberado.
El IPP fue introducido en 2005, diseñado para criminales de alto riesgo que habían cometido delitos violentos o sexuales. Pero este sistema de sentencias indeterminadas fue abolido eL 2012 después de probar su uso excesivo y tras ser descrito como una "mancha" en el sistema judicial británico.

Más de 4.000 hombres y mujeres siguen encarcelados bajo el IPP. Entre ellos, el 81% ya han cumplido su término mínimo. Casi la mitad llevan a prisión a cinco años o más por encima por sus condenas. 
La justicia en general es injusta, pero en este caso de la Británica es un auténtico enemigo del pueblo.