LA COMUNICACIÓN DE MASAS


Su enorme aparato - prensa, revistas, cine, radio, televisión, discos , etc - complementario de la producción de masas, inyecta a las multitudes la costumbre, la obligación de consumir, de gastar regularmente, racionalmente, en los caminos renovados por la publicidad, todo lo que ganan y aun (por la venta a crédito) un poco más.
La civilización técnica multiplicando los instrumentos de producción y los bienes de consumo en cantidad e incluso en calidad siempre más elevadas (pese a lo que digan sus enemigos ciegos), suscita un tiempo liberado, netamente separado (en apariencia)  del tiempo de trabajo, el mismo de más en más reducido. 
El progreso técnico trae por todas partes, detrás suyo, el tiempo liberado, todas las posibilidades del ocio, la búsqueda de 'la buena vida'. A través de la diversidad de los contextos sociales, nacionales, culturales, etc... centenas de millones de nuestros contemporáneos son igualmente polarizados hacia el atractivo de las comodidades, fines y medios de evasión que ofrece la civilización técnica. Hay una 'felicidad' media que se ha vuelto representación colectiva común a la juventud de estas sociedades, sobre todo el planeta, un hedonismo común, aquí y allá más o menos admitido, expandido, más o menos combatido, rechazado, cuyo estudio científico queda por hacer.

La carrera hacia la felicidad no significa posesión, gozo. La inadaptación del hombre, en el curso del período de transición entre dos medios, hace que las posibilidades de la felicidad estén presentes, pero que ni las sociedades, ni la masa de los individuos estén preparados para realizarla. Transmutar el tiempo liberado en tiempo libre (a través del desarrollo de la personalidad), utilizar para estos fines los innumerables gadgets, ponerlos a su servicio en lugar de ser siervo de ellos, es tarea difícil y que, en el cuadro real de nuestras instituciones, está lejos de encontrarse al alcance de todos. Así se explica, al menos en parte, que aun en las sociedades afluentes, los signos positivos de felicidad estén relativamente tan poco expandidos.


GEORGES FRIEDMANN  - CIVILIZACIÓN TÉCNICA 
Y SOCIEDAD DE MASAS (1962)

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