• Bandas organizadas revenden viviendas a las que han accedido con una patada en la puerta. 
  • Recién llegados al apartamento. Un joven dominicano pagó hace un mes por la llave de un piso nuevo que él ha estrenado en Terrassa 
  • (César Rangel) - MAYKA NAVARRO, lavanguardia.com.
“Aquí vivo yo”. El cartel escrito a mano y colgado con un trozo de cinta adhesiva sobre la puerta anuncia lo previsible, que alguien vive. ¿Quién? Un joven dominicano que hace un mes y medio pagó 600 euros a un hombre por la llave que le permite vivir en un coqueto apartamento que él mismo ha estrenado de un bloque nuevo de pisos de la carretera de Montcada de Terrassa. Como este inquilino, el resto de los vecinos han ocupado de igual manera, pagando entre 500 y 1.000 euros, según los metros cuadrados, a ese hombre del que nadie se atreve a revelar su identidad.

El citado individuo es uno de los muchos mafiosos que en los últimos dos años se han aprovechado del grave problema de la falta de vivienda para sacar su tajada. Se trata de gente cada vez más organizada que busca en internet o los registros oficiales pisos vacíos propiedad de los bancos. Son sus preferidos. ¿Por qué? Pues porque la entidad tardará en reaccionar y cuando quiera sacar al ocupa, en muchas ocasiones por la presión del resto de los vecinos, acabará pagando una buena compensación económica para que se vayan. Los que compran las llaves de estos pisos ocupados reciben la garantía de que sólo podrán ser desalojados con dinero o también a cambio de otro piso. Pero que nunca saldrán perdiendo.

Nadie tiene estadísticas oficiales sobre este grave problema al que, por el momento, sólo algunos ayuntamientos como los de Terrassa o Mataró han empezado a tomarse muy en serio.

Los Mossos d’Esquadra hasta la fecha no han realizado ninguna investigación acerca de estas mafias. Es complicado. No hay denuncia. Ni siquiera estafa. El que ocupa sabe perfectamente que paga por un inmueble ilegal.

“Es necesario desenmascarar cuanto antes a este tipo de mafias”, asegura la concejal socialista en el Ayuntamiento de Terrassa Lluïsa Melgares, responsable de Políticas Sociales y Vivienda. Su consistorio fue el primero en elaborar un censo de viviendas vacías. ¿Con qué fin? “Penalizar con altas multas a los bancos y grandes propietarios que se desentienden de sus pisos vacíos”.

Melgares se refiere a dos modalidades de mafiosos. Por un lado, los que abren pisos de una patada y revenden luego las llaves a personas que realmente lo necesitan.Y, por otra parte, las entidades bancarias que, a través de mediadores, pagan a los inquilinos importantes cantidades de dinero para que se vayan. “Este nuevo fenómeno está produciendo un efecto llamada muy preocupantes y consolidando una situación de descontrol absoluto”, insiste la concejal de Terrassa.

En ese municipio, por ejemplo, en el bloque ocupado recientemente de la carretera de Montcada todos los nuevos inquilinos habían recibido la visita de un mediador. ¿Qué piden ustedes? “Pues depende, dinero si la suma que nos ofrecen es interesante, o un alquiler social si nos podemos quedar aquí, porque realmente la casa nos encanta y será difícil encontrar un piso nuevo mejor que éste”, añade uno de los inquilinos. Su situación no es de vulnerabilidad. Trabaja en un restaurante y hasta que compró la llave vivía con sus padres.

Para la concejal de Terrassa esta situación es intolerable porque esas viviendas, que el Consistorio podría gestionar para familias que realmente lo necesitan, caen en manos de gente que están fuera de cualquier control. “Las personas que llevan tres años viviendo en Terrassa, que por renta precisan un alquiler social y cumplen unas normas cívicas de convivencia con el resto de vecinos les ayudamos. Al resto no podemos apoyarlos, porque estamos descubriendo personas que se están aprovechando”, insiste.

Otro dato permite ayudar a entender mejor este problema cada vez más asentada en algunos municipios. En los últimos tres años, la empresa STM Seguridad Integrada ha pasado de ser una importante cerrajería a instalar medio centenar de puertas antiocupas al día, y sólo en Catalunya.

Hay una realidad sobre la ocupación que queda oculta tras las grandes entradas en bloques de bancos o administraciones, que son aquellas viviendas de particulares que las han conseguido por herencia o que están desocupadas por enfermedad de lo dueños ya mayores. De la noche a la mañana alguien entra de una patada. Esos pisos tampoco son hoy en día nada fáciles de recuperar. Y esas ocupaciones han empezado a ser tan habituales en algunos barrios de Barcelona que incluso hay propietarios que alquilan o compran estas puertas antiocupas para proteger sus viviendas. “Hay gente que blinda la casa durante el tiempo que su madre está en el hospital”, asegura un responsable de la empresa.

Ya expliqué en su día, que el bloque donde vivo hay dos pisos ocupados, el primero por unos gitanos y el tercero unos bolivianos, ninguno de los dos pisos son los bancos, pertenecían a dos personas trapasadas recientemente, en uno la herencia es compleja pues los que lo han heredado viven en Andorra y sobre la vivienda hay una carga importante de un Banco por un aval que se le ha ejecutado, y el del otro murió sin descendencia, testamento ni nadie de familia a quien dejar el piso, sólo queda un hermano que vive en Paris 'Juanito' que está desaparecido. Este segundo piso tenía una puerta reforzada y también entraron y me consta por un caso que conozco, que una puerta antiocupas también la reventaron.

Esto genera miedo e indefensión, no osas irte de vacaciones 15 días, corres el riesgo real de encontrarte el piso ocupado al volver y aquí ya tienes un problema. Pero lo tienes porque lo que falla es la Justicia, o mejor dicho, las leyes con las que debe moverse la justicia, si éstas se cambian, adecuándose a las nuevas circunstancias, se acabaría de golpe con el problema; piso ocupado, piso desalojado inmediatamente y un par de años entre rejas para los delincuentes, que mira, ya tendrían vivienda, y si los ocupas no tenían los papeles en regla, de regreso a su casa. Si se avisaba del cambio de la ley y se actuaba con celeridad y diligencia, estos problemas se resolvían en un santiamén. Y sería bueno que pongan manos a la obra, pues sino alguien a quien le han ocupado la vivienda querrá tomarse - legítimamente - la justicia por su mano y alguien acabará lesionado o malherido, y luego todo serán lamentaciones y prisas para solucionar lo que a estas alturas es ya un grave problema.