El pasado 13 de Marzo de este año, Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida y antiguo alumno del Máster de Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid, publicó en twitter una noticia que ha pasado a pies juntillas y con poco eco por los grandes medios de comunicación a pesar de las posibles repercusiones que puede tener a nivel nacional e incluso internacional. Esta noticia es ni más ni menos la investigación por corrupción, apropiación indebida y blanqueo de dinero a la cúpula dirigente del Corte Inglés. Si esta investigación culmina con una situación desfavorable para el gigante comercial español, esto puede llegar a crear un desastre a nivel bursátil para la compañía, debido a la pérdida de confianza en la misma y, efectivamente, puede afectar de forma directa a muchísimas personas hogares que trabajan para el gigante de los grandes almacenes españoles.

Al igual que Garzón, me asombra ver que la mayoría de los medios de comunicación han dado un trato bastante discreto e incluso han practicado un mutis bastante obvio, si nos vamos a cualquier metabuscador en internet y buscamos las palabras “Corte Inglés corrupción” las primeras noticas que aparecen, sin ánimo de ofender a estos medios, no son de los periódicos ni agencias más leídas ni las de más tirada a nivel nacional. La pregunta que nos ha generado esta situación a Alberto Garzón en twitter, a mí mientras escribo esto y espero que a los lectores de su tweet y si es posible los que lean esta columna es la siguiente: ¿porqué? ¿porqué no se le da el trato a esta noticia que se le ha dado, por ejemplo a la trama Gürtel o el caso ERE en Andalucía? Si nos centramos en el periodismo tradicional, no tiene ningún sentido, porque esta noticia es el prototipo de noticia en la que nos imaginamos en cualquier película de los años pre internet en la que aparecería el redactor de periódico gritando “¡paren las rotatorias!” y en la cual sería necesario imprimir el doble de ejemplares de los que normalmente salen a la venta debido al boom de la noticia.

El problema, como en muchas ocasiones, es que la concepción de lo que debe de ser un medio de comunicación para los dirigentes del sector ha  ha evolucionado, quizás, es mejor decir cambiado, puesto que evolución tiende a tener una connotación positiva y nuestro punto de vista no. Este cambio, ya lo vislumbra Garzón en un tweet posterior en el cual indica que “quizás, sólo quizás” estos medios se financian con publicidad de este gigante comercial al cual no interesa que la noticia aparezca a bombo y platillo en todo el panorama nacional. Obviamente todos hemos en los periódicos de tirada y calado nacional y los grandes medios televisivos y radiofónicos los anuncios de “Los Ocho días de Oro”, “Límite 24 horas”  y las famosas rebajas que nos suelen regalar imágenes de histeria y efusividad consumista que nada tienen que envidiar al Black Friday norteamericano, por lo cual, sabemos que esta financiación existe.

Debido a esta pista que nos regala el diputado de Unidos Podemos, podemos ahondar de forma más clara en la cuestión que más me ha alarmado y preocupado de esta situación y no es que El Corte Inglés haya robado dinero, puesto que visto el panorama nacional últimamente, el raro es aquel agente que en situación de poder hacerlo no ha realizado algún que otro juego de despistes, maquillaje contable o simple y llanamente robos de la forma menos discreta. Lo que a mi realmente me preocupa es que el periodismo independiente, que buscaba publicar la verdad, cayese quien cayese, el espíritu de investigación que destapó casos como el Watergate en Estados Unidos o los GAL en España, esté presentando síntomas de una enfermedad terminal. Esta enfermedad terminal es la de venderse, el buscar desesperadamente huecos donde poder expandir y exprimir una rentabilidad que cada vez resulta más difícil de hallar debido a la salvaje competitividad que es propia del sistema de mercado en el que vivimos en detrimento del interés general y de la divulgación de noticias que afectan a la sociedad.

Aunque es verdad que este tipo de periodismo de intereses en el que se oculta lo que perjudica al benefactor y se ensalza lo que le favorece no es un fenómeno nuevo, ejemplos claros los vemos en los diarios deportivos que ensalzan al Real Madrid el detrimento del Barcelona si la prensa es madrileña y viceversa. Que esto afecte al periodismo de investigación más pulcro y tradicional es algo que me provoca malestar.

Durante muchas décadas España ha gozado de grandes periodistas de investigación, gracias a ellos la sociedad ha tomado conciencia de situaciones que eran intolerables y se han podido corregir. Éste tipo de periodismo ha sido denominado muchas veces como el Cuarto Poder debido a la capacidad que tenía de afectar, monitorizar e incluso intervenir en las decisiones gubernamentales, dando siempre a sus consumidores la opción de informarse de forma clara y precisa de los asuntos que le concernían y además, darles el poder de actuar de forma razonada, con la información precisa, detallada y necesaria para poder entender los temas que afectaban directa o indirectamente a su vida. Eso es algo que yo siempre he entendido que es beneficioso para toda la sociedad y he valorado especialmente al ser antiguo alumno de la universidad donde se formó Carl Bernstein, uno de los periodistas que dio a conocer el escándalo del Watergate. Por lo cual, me duele especialmente ver que la Economía de Mercado afecta y desvirtúa la labor del periodismo de investigación.

Entiendo que la Economía de Mercado impulsa a una competición salvaje entre los distintos medios de comunicación, que muchos de los mismos, su fuente primaria de ingresos dejó de ser hace mucho tiempo sus lectores, televidentes o la gente que escucha la radio y que de donde más dinero se obtiene en la comunicación hoy en día es en las cuotas de audiencia, los me gusta y retweets en internet y el número de ejemplares vendidos. Pero esa forma de financiación y atracción de capital nunca puede permitir en una herramienta de divulgación social como es el periodismo que se oculten noticias de un calado tan potente y poderoso como la que se está pretendiendo ignorar ahora mismo. Como ya decía Quevedo “Poderoso Caballero es Don Dinero” pero aunque su poder es enorme, los valores del buen son los que deben triunfar en esta situación.

En las corrientes marxistas se habla de que a medida que el Capitalismo aumenta, este busca nuevos espacios de rentabilidad. Esos nuevos espacios de rentabilidad en este caso son por un lado, que los medios de comunicación perciben una ayuda bastante notable gracias a la publicidad del Corte Inglés en este caso y por otro lado, que el Corte Inglés aumenta de manera exponencial su visibilidad y clientela potencial. Pero ese gran insumo de dinero cuya cuantía exacta desconozco, no puede provocar que se oculten noticias, casos y eventos contemporáneos que afecten a la sociedad. Desde mi punto de vista con este tipo de situaciones se engaña a los ciudadanos y se incrementa la información asimétrica, ya que los consumidores, me imagino que preferirán comprar en otros establecimientos y empresas cuya imagen no esté dañada por la corrupción.

El periodismo de investigación e independiente corre un grave peligro de desaparición, o como mínimo de quedar relegado al ostracismo y a ser ignorado por la mayoría de la población debido a los intereses económicos que financian a los grandes medios de comunicación, esto no puede ser permitido. A pesar de todas las maldades que conocemos sobradamente de la Economía de Mercado en la que vivimos, nosotros, los consumidores, en este caso tenemos más poder del que nos quieren hacer creer y por ello, debemos, de ahora en adelante exigir a los medios periodismo independiente de los grandes fondos e intereses económicos, libre y de calidad. La información no se puede ocultar ni alterar en pos de quien más pague, no lo podemos tolerar ni lo debemos permitir.

Hiscio Belluga Molina
DIARIO PÚBLICO