El exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha intentado dar la vuelta al objeto de la comisión de investigación sobre la 'policía política' al denunciar que las grabaciones de las conversaciones que mantuvo en su despacho con Daniel de Alfonso constituyeron una maniobra para perjudicar al PP electoralmente a tres días de las elecciones generales. 

"Estábamos en plena campaña electoral. Es evidente que quien hizo eso lo hizo con una evidente intención de perjudicarme a mí y al partido político que yo representaba en esas elecciones", ha asegurado en su intervención inicial durante la comisión de investigación del Congreso sobre la utilización partidista de la Policía en su mandato. Las grabaciones comenzaron a aparecer en publico.es a cuatro días de las elecciones generales del mes de junio. 

Para el ministro, la comisión de investigación se reduce a las grabaciones porque, según él, sin esas grabaciones "no habría caso", en referencia a la policía política. "No estaríamos aquí", ha dicho. En este sentido, ha criticado la misma creación de una comisión de investigación "sobre la base de unas pruebas ilícitas que no tienen ningún reproche penal", en referencia al archivo de la causa en el Tribunal Supremo. 

El hombre no entiende que el problema no son las grabaciones, o lo son en el sentido de que todo un Ministro del Interior sea grabado en su despacho mientras conspira con de Alfonso y no se entera, y eso si que es grave, de entrada demuestra su incompetencia y lo grave no es que le grabaran sinó lo que el y el lacayo chulesco estaban maquinando, conspirando contra - en el fondo - ciudadanos de su propio país, y encima pavoneándose el lacayo de que se habían cargado la sanidad catalana. Ese es el problema y su culpa, o sea conspirador, mentiroso e incompetente, el gran condecorador de vírgenes és un perfecto inútil, presentarse sin referencias. De hecho, viéndole a él y a otros ministros, la calidad de inútil e indigente mental es casi condición sine quanum para aspirar al cargo.