ANDROIDES EN EL TELENOTICIAS


Explica Monegal en el Periódico que en la nueva temporada de Cuando ya no esté (#O, Movistar +), Iñaki Gabilondo ha viajado hasta Kyoto para conocer el profesor Hiroshi Ishiguro, máxima autoridad mundial en androides y robots. El encuentro ha sido (1) interesantísima. También muy inquietante. Hablaron de aquel futuro, casi inmediato, en el que los androides ya estarán trabajando para nosotros -o quizá contra nosotros- y formarán parte de nuestras vidas. «Nos reemplazarán en nuestras actividades. Ahora ya tenemos robots que conviven con nosotros porque son más eficientes. Un teléfono móvil alberga más números de teléfono que todos los que nosotros podemos memorizar, por ejemplo. Esto hoy ya lo sabemos. Pero enseguida vendrán los androides. ¡Son la evolución natural de la especie humana ». ¡Ahh! A pesar de que el profesor Ishiguro era parque en gestualidad, y de un pétreo hieratismo facial, notamos brillo en sus ojos. Había ilusión, y alegría, en ese dibujo del inmediato futuro que nos está preparando. Gabilondo, en cambio, parecía preocupado. Y parafraseando Stephen Hawking murmuró: «La inteligencia artificial será el final de la raza humana». Y añadió, citando aquella sentencia del filósofo Nick Bostrom, inventor del concepto de riesgo existencial: «El robot androide será el último invento humano. A partir de entonces sólo inventarán ellos ». O sea, pongámonos a temblar.

En un momento dado, Gabilondo quiso conocer la última creación de Ishiguro, el androide Erika. ¡Ah! Es una criatura singular. Su cara de silicona ha sido dotada de dulzura en la mirada. El recibió murmurando diciendo: «¡Hola Iñaki!». Había incluso ternura en su timbre, imperceptiblemente artificial. Me parece que Iñaki quedó muy descolocado. Lo terrible de este encuentro es que en ningún momento pareció surrealista. Ni impostada. Ni teatral. Erika hablaba y nos transmitía una sensación preocupante: parecía humana.


Una cadena de televisión japonesa ha encargado la fabricación de dos o tres androides como Erika para presentar programas. Hombre, para espacios informativos como los telediarios, es un avance. No es que ahora no tengamos excelentes ejemplares de loritos que recitan de memoria los mensajes y consignas que les mandan impulsar. Aquí la ventaja es que al androide no se le debe dar ni siquiera el salario del miedo. Y al final del programa, se le desconecta y se guarda en un armario. De hecho la diferencia entre Erika y cualquier presentador de TN es que no hay diferencia, sólo que en el caso del androide las consignas le serán directamente programadas y nos causará menos vergüenza ajena cuando la escuchemos, y cuando deba disculparse o sea hacer un Urdaci, lo hará de una manera mucho más elegante, que no aquel pájaro deletreando las siglas CCOO para no decir comisiones obreras, que no tiene por cierto, nada que ver con las comisiones del tres por ciento, que son otro tipo de comisiones.

 


Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente