Hay que insistir: conviene reivindicar el cinismo. En el fondo, lo que llamamos 'cinismo' no es sino el antídoto de la hipocresía. La figura simétricamente opuesta al cínico no es el 'virtuoso' ni tan siquiera el 'puritano': es el 'fariseo'. Al dejar de ser jóvenes, el cinismo o el escepticismo,lo proyectamos sobre quienes vienen detrás nuestro. Y no lo hacemos de mala fe, sino por simple y pura precaución. Ya lo decía Fuster, el cinismo está en franca decadencia: antes, de vez en cuando, en los pueblos, veías a los perros copular por la calle, ahora ya no se atreven a hacerlo, no es políticamente correcto, Y ya que hablo de política, no es cierto que los políticos sean cínicos, pueden ser muchas otras cosas malas, pero no cínicos, este apartado está gestionado por los niños y los locos, pues esto es el cinismo, decir la verdad de lo que se piensa sin pensar en sus consecuencias. Tal cual.