Hay muchas costumbres que no entiendo por más años que viva, como gastarse el dinero en petardos por San Juan para quemarlos, o beber cava brut. Otra de ellas es el hecho de disfrazarse por los Carnavales, que conlleva además como pasa por las fiestas de Navidad una especie de obligación de estar o aparentar estar contento, alegre y feliz. Y, sinceramente esto de disfrazarse, lo la rua lo encuentro francamente patético y demodé, trasnochado, vaya. 
Otra cosa serian los carnavales tradicionales como los de Tenerife o Rio, que son también un reclamo turístico y en estar arraigados en el imaginario de la gente tienen su razón de ser.
Además de que no está excesivamente arraigado en la Península, es que soy incapaz de entender porque la gente se disfraza para aparentar lo que no es, si esto ya lo hacemos cada día del resto del año, cada uno con sus miserias. Continuamos empeñados en perpetuar una serie de costumbres del siglo pasado en el que en muchos aspectos todavía estamos anclados, sin ser capaces de entender que estamos en otro siglo, en otras circunstancias y con muchos problemas. Problemas que no desaparecerán porque un día al año nos disfracemos de lo que no somos y que no lleva pues, a ninguna parte.

De todos modos, peor es cuando le da al personal por celebrar fiestas o días 'zombis', y no de ja ser curioso que la majoria lo son el resto de los días del año, sólo que no lo saben. Costará entrar en el nuevo siglo de lleno, y por lo visto lo haremos de rebajas, en 1912 se hundió el Titanic, en cambio en 2012 se escoró un crucero (Costa Concordia) a 100 metros de la playa por culpa de un capitán imprudente. Incluso en la tragedia hemos perdido grandeza y dignidad.