EL DIABLO VA DE MANI


Cuenta una leyenda apócrifa que Belcebú se le apareció una vez a un machorro muy revertiano y le ofreció un deseo.

–¡Quiero catarle el coño a todas las tías que se me pongan a tiro!–demandó el sicalíptico varón.

El diablo, conmovido, le concedió la gracia y lo convirtió en váter. Sin duda alguna, apartando a ese tipo de las calles, Satanás nos regaló un enemigo menos del respeto a la mujer, que es palabra, respeto, que resume todas las bellas exigencias de este ocho de marzo y de la historia del feminismo. El Maligno se comportó como un verdadero feminista militante, lo cual que hay que darle toda la razón a monseñor Munilla: Belcebú secundará la huelga de mañana.

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