Una nueva instalación artística domina la azotea del rascacielos de la cadena británica ITV en Londres: 84 estatuas humanas se asoman por el borde al vacío, peligrosamente cerca de caer. Forman parte de Project 84, una obra para concienciar sobre el suicidio, especialmente el masculino, tres veces superior al femenino tanto allí como en España. Es la primera causa de muerte violenta, por delante de los accidentes de tráfico. La idea es de la organización Campaign Against Living Miserably (CALM), cuyo nombre puede traducirse como "campaña contra la vida miserable". ¿Por qué 84 figuras? Porque es el número de hombres que se quitan la vida a la semana en Reino Unido. "Amigos y familiares de los fallecidos han ayudado en la creación de cada estatua. Cada una es un desgarrador recuerdo de una vida real perdida y una llamada a la unidad social contra el suicidio", dicen desde CALM.


Olvidan que está o deberia estar prohibido suicidarse en primavera:
Morirse voluntariamente no es muy poético, salvo en el caso del restaurador Ramón Cabau que una mañana se arrodilló en la entrada del Mercado de la Boqueria, depositó un ramo de violetas en el suelo y se tomó un frasco de cianuro, mientras pedía perdón por las molestias que pudiera ocasionar. Ramón Cabau había sido el propietario del restaurante Agut d'Avignon y decidió quitarse la vida. El Sr. Cabau lucía unos aristocráticos y decimonónicos bigotes y un canotier, y con esta puesta en escena se despidió de este mundo en el que no sabía vivir.
Parecería que el índice más elevado de los suicidios debería ser en otoño o en invierno, pero en cambio, el ser humano que es ya una contradicción en sí mismo, es precisamente en la Primavera, cuando todo brota de nuevo, cuando la naturaleza estalla en mil colores de la nueva savia de la vida y los animales de todo tipo y especie se aparean, y es cuando más decide quitarse la vida. 

Cioran que había escritoy teorizado mucho sobre el suicidio, murió de muerte natural en la cama a los 84 años, y en general los que hablan de suicidio no suelen llevar el acto final a cabo, (a pesar que los doctores dicen que si, que quienes hablan de ello acaban haciéndolo). Quizá porque a pesar de todos los pesares, esto de vivir es mejor que la nada que les espera a quienes en un momento de ofuscación o reflexión optan por la solución definitiva. Un nada, y una cobardía hacia quienes quedan aquí en este valle de lágrimas como dice el tópico.

Parece que actualmente se habla más abiertamente del suicidio, tema que no hace mucho era tabú. Entiendo y reconozco que el acto del suicidio como el del aborto es una opción personal y válida, como la que tomó el hombre que se colgó ayer en l'Hospitalet en un acto de desesperación. Pero aún así, siempre hay una esperanza de sobrevivir una temporada más antes de tomar esta decisión sin camino de retorno ni posibilidad de enmienda. Estoy seguro de que los suicidas - y así lo certifican los doctores en el caso de algún superviviente que lo había podido explicar - en el último instante se arrepienten, sólo que ya no están a tiempo.

Sería bueno que los Gobiernos a los que  les gusta tanto legislar sobre la vida pública y privada de los ciudadanos, como la obra de teatro de Alejandro Casona "Prohibido suicidarse en Primavera", prohibiesen a la gente suicidarse al menos en esta época del año. No serviría para nada, pero le daría un toque poético al drama de quitarse la vida, a menudo sin necesidad real de hacerlo.

Con esto de la vida, pasa como con la democracia, que no siendo un sistema perfecto es el menos imperfecto de todos, y que de hecho, si somos honestos, a menudo sucede que un problema que nos había llegado a angustiar y preocupa, suele arreglar a solo, y que quitarse la vida si que no lo soluciona. En el fondo, aunque es un derecho que tenemos ya que al no consultarnos para llevarnos aquí ya lo tenemos adquirido a decidir cuándo y cómo irnos , pero no hay que ejercerlo, no soluciona el problema y en el fondo es un acto de valiente cobardía.