Mirando las cosas desde el punto de vista de la naturaleza del hombre fue hecho para vivir hacia el exterior. Si quiere verse dentro de sí mismo debe cerrar los ojos, renunciar a la acción, salir de la corriente. Lo que se llama «vida interior» es un fenómeno tardío sólo posible por una disminución en nuestras actividades vitales: el «alma» surgió y se desarrolló a costa del buen funcionamiento de los órganos.

Explica Pórfirio que Plotino tenía el don de leer en las almas. Un día, sin más preámbulo, le dijo a su discípulo, muy sorprendido, que no intentara matarse y que emprendiera mejor un viaje. Porfirio partió hacia Sicilia: allí se curó de su melancolía, pero, añade lleno de pesar, no asistió a la muerte de su maestro ocurrida durante su ausencia.

Hace tiempo que los filósofos no leen en las almas. No es su oficio, se dirá. Es posible. Pero entonces no nos debe sorprender que ya no nos interesan. E.M.Cioran