“Las tres cuartas partes de los delitos que son juzgados por los tribunales cada año tienen su origen, o directa o indirectamente, en la desorganización actual de la sociedad, en lo que se refiere a la producción y distribución de la riqueza, y no en la perversidad de la naturaleza humana. En cuanto a los relativamente pocos delitos antisociales que resultan de inclinaciones antisociales de individuos, no es por las cárceles ni tampoco por el verdugo como podemos disminuir su número. Por nuestras cárceles, tan solo los multiplicamos y los empeoramos. Por nuestros agentes de policía secreta, nuestro -precio por la sangre-, nuestras ejecuciones y nuestras prisiones, propagamos en la sociedad una corriente tan terrible de las pasiones y odios más bajos, que el que se diera cuenta de los efectos de estas instituciones en toda su extensión tendría miedo de lo que la sociedad está haciendo bajo el pretexto de mantener la moralidad. Es absolutamente preciso que busquemos otros remedios; y estos remedios han sido ya inclinados desde hace mucho tiempo”
“La historia del pensamiento humano es similar a las oscilaciones del péndulo. Luego de un largo periodo de sueño ocurre un despertar y entonces se libera de las cadenas con las que los gobernantes, magistrados y clérigos la habían atado. Critica severamente lo que se le enseñara y desnuda la vanidad de los prejuicios religiosos, políticos legales y sociales. Investiga, va por caminos desconocidos, hace ricos descubrimientos imprevistos y crea nuevas ciencias”
“La idea del bien y del mal existe en el hombre, cualquiera que sea su grado de desarrollo intelectual. Considera como bueno lo que es útil a la sociedad en que vive y malo a lo nocivo para esta. Pero la mayor parte no conoce más que el clan o la familia, difícilmente a la nación y más difícil aún, a la humanidad. ¿Cómo pretender que puedan considerar como bueno lo útil a la especie humana o que sientan solidaridad con su clan, a pesar de sus instintos tan egoístas?”
“Llegando a ser anarquistas, le declaramos la guerra al amontonamiento de mentiras, astucia, explotación, depravación, vicio. La declaramos a esa manera de pensar, obrar. El gobernado, el engañado, el explotado, la prostituta lastiman, ante todo, nuestros sentimientos de igualdad. En nombre de esa igualdad, no queremos ni prostitutas, ni explotados, ni engañados, ni gobernados”
“Nosotros, los anarquistas, no tememos renunciar al juez ni a la condena. No tememos declarar ‘haz lo que quieras y como quieras', porque estamos convencidos de que la inmensa mayoría de los hombres, a medida que se eduquen y se quiten de encima las actuales trabas, actuarán siempre en una dirección útil a la sociedad”
“Hay que dejar que cada uno actué como mejor le parezca, negar a la sociedad el derecho a castigar cualquier acto antisocial. No renunciamos a nuestra facultad de amar lo que nos parezca malo. Amar y odiar, pues solo los que saben odiar saben amar. Solo pedimos una cosa: eliminar todo lo que en la sociedad actual impide el libre desenvolvimiento de estos sentimientos, todo lo que falsea nuestro juicio: Estado, iglesia, explotación, el juez, el clérigo. el gobierno, el explotador”
“En una sociedad basada en la explotación y la servidumbre, la naturaleza humana se degrada. Pero a medida que la servidumbre vaya desapareciendo, volveremos a posesionarnos de nuestros derechos; sentiremos la necesidad de odiar y amar aún en casos complicados”
“La mentira, la brutalidad, etc, no son repugnantes porque lo digan los códigos de moralidad, lo son porque sublevan los sentimientos de igualdad de aquel para quien la igualdad no es una vana palabra: sublevan sobre todo a quien es realmente anarquista en su manera de pensar y obrar”
“Lo que la humanidad observa en el hombre verdaderamente moral es su energía plena de vida, que le empuja a dar su inteligencia, sus sentimientos, sus actos, sin pedir nada a cambio” - Piotr Kropotkin
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