El Dattilo, primer barco de la flotilla de Italia que acompaña al buque Aquarius, ha efectuado su entrada en el Puerto de Valencia. A las seis y veinte de la mañana ha aparecido el primero de los tres barcos que llevan 8 días navegando por el Mediterráneo con 629 personas a bordo. Lo ha hecho acompañado de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo. El Dattilo, nave de la Guardia Costera italiana, lleva unas doscientas personas a bordo. el diario.es hace un seguimiento en directo minuto a minuto del periplo de el Aquarius, aunque es el Darttilo el que lleva más inmigrantes: 273, por los 106 del Aquarius y los 250 del Orione P-410 de la armada italiana .
Finalmente después de 8 días en el Mediterráneo, el Aquarius ha llegado al puerto de Valencia alrededor de las diez de esta mañana y más tarde lo hará el Orione, cerrando así el periplo de estos tres barcos. Hay expectación y muchos periodistas esperándoles, no se trata de un circo mediàtico, sino de una expectación razonable, tal y como se han producido los hechos, de un periplo de 8 dias retransmitido en directo. El Aquarius por fin a llevado a esas 629 personas a tierra firme. 629 vidas se han salvado y España ha dejado a la diplomacia europea, a Bruselas y al rifirrafe entre Francia e Italia en una evidencia incómoda. 
DESPLIEGUE DE LA CRUZ ROJA EN EL PUERTO DE VALENCIA
La crisis creada por un gesto político del nuevo gobierno populista y xenófobo de Italia ha sido resuelta con un gesto político del nuevo gobierno socialista español y esto vuelve a poner a nuestro país sobre el tablero de la zozobra europea y de la necesidad de soluciones para el problema común. Marca España gratis y peso específico a la hora de aportar soluciones. No sé si ha quedado claro que tras la bravata de Salvini se había producido una escalada entre los gobiernos de Italia y Francia que había alcanzado una tensión poco común. Macron y Salvini se dijeron de todo en público. Macron llamó nada menos que cínico e irresponsable al italiano. Éste le respondió sin cortarse un pelo. Hubo cancelación de cumbres, llamada de embajadores y todo el sarao teatrero. 
En ese preciso momento llegó el anuncio del gobierno español y los pilló con el paso cambiado. La sociedad francesa comenzó a preguntar a sus líderes por qué se habían enredado en la polémica sin hacer nada práctico para salvar a esas personas como sí había hecho España y, a pesar de la división existente en la amalgamada por la necesidad Macron tuvo que anunciar tarde y mal que Francia ayudaría a España a acoger a aquellos refugiados que quisieran dirigirse a Francia.

Eso es lo que los conservadores españoles llaman buenismo y marketing político. Conseguir de golpe salvar 629 vidas, satisfacer el legítimo ansia de ayuda de gran parte del pueblo español, romper un galimatías diplomático y dejar a España en la mejor situación para poner su postura sobre la mesa en unas conversaciones sobre la postura común europea en el drama del Mediterráneo que tendrán que producirse y que deberán romper ese eje diabólico formado por los gobiernos xenófobos de Italia y Austria y por la parte bávara de la coalición que quiere forzar a Merkel a cambiar su postura respecto al refugio y al asilo.
Toda esta historia podria ser un guión escrito por Frank Kapra: que bello es vivir, aunque sea mentira, pero el sentimiento de ser parte de algo no viene solo, sino que se acompaña de la responsabilidad, y el Gobierno de España tiene ahora un puntal más en su europeismo solidario bien entendido. Ha sido sólo un gesto político, si, pero un gesto muy bonito.