CUL DE SAC

El derecho a manifestar libremente lo que se piensa ­debe retringirse el mínimo posible. Los límites se ciñen a las injurias y calumnias o a la incitación a la violencia o el odio. Nada de eso ocurre en Catalunya. Así que quizá no es una cuestión de libertad de expresión. Desde hace muchos años, los catalanes opinan con banderas en los balcones. ¿Cuándo han surgido los problemas? Si se plantan cruces en la playa, acaparando el espacio público de manera invasiva para forzar al otro a ver la propia y legítima reivindicación, se estará ejerciendo la libertad de expresión de manera poco cívica. Si por el contrario se retiran símbolos en grupos organizados para borrar la opinión ajena, con rabia y desprecio, se estará ejerciendo la libertad de expresión de forma torticera. Es un derecho utilizado como arma arrojadiza. 

Que el asunto haya alcanzado esta magnitud provoca una profunda tristeza porque este no es un debate sobre libertad de expresión, sino sobre la confrontación entre dos comunidades que se dan la espalda cada vez con más acritud, la prueba es como en C,s andan locos buscando violencia contra ellos y si no la encuentran se la inventan. Por lo tanto, se podrá abordar en una junta de seguridad, pero lo que contará será el sentido común de los ciudadanos. Un sentido común del que carece Ciudadanos, el distorsionador de todo este asunto, en el que el PPC mantiene una actitud mucho más inteligente, lúcida y racional. 

El problema no son los lazos amarillos, ni las cruces, ni donde se colocan, el problema es un Juez que arbitrariamente ha encerrado en la cárcel a una serie de políticos, políticos presos o sea presos políticos, por que de eso ha ido el proceso, de judicialización de la cosa política, este es el problema, y ahora estamos en un cul de sac del que ni unos ni otros saben como salir.