La mentira es la nueva arma política, ni postverdad ni hostias en vinagre. Según el nuevo presidente del PP, la Transición fue “un pacto entre ambos bandos” que incluía respetar a Franco. No es cierto. Ninguna democracia, por muy imperfecta que sea, incluye admitir y venerar a un dictador
Pablo Casado y su equipo han llegado pisando fuerte en ese terreno. Según el nuevo presidente del PP, la Transición fue “un pacto entre ambos bandos” que incluía respetar a Franco. No es cierto. Ninguna democracia, por muy imperfecta que sea, incluye admitir y venerar a un dictador. Ni al más franquista de entonces se le hubiera ocurrido semejante dislate. Hemos ido hacia atrás. Y añadiendo más ignorancia y frivolidad a la vieja ideología. PP y Ciudadanos se sienten cómodos con un dictador en un suntuosa mausoleo y las víctimas de la guerra civil que provocó perdidas por las cunetas.
Hay más. Mucho más. Resulta que la ley del aborto de 1985 “se hizo por consenso” de PSOE y PP dicen ahora los populares. Cuando en realidad votaron en contra y la recurrieron al Constitucional. Los inmigrantes los ven llegando por millones. Lo mismo que sus socios en la legislatura. Cómo será de catastrofista y falso su discurso, que ACNUR ha pedido a PP y Ciudadanos una reunión para aportarles los datos reales y advertirles del daño a los Derechos Humanos que causa falsear los hechos en este tema.
Aupados mediáticamente desde la irrelevancia, Vox se lleva el premio al desbarro total al asegurar: “España no tuvo colonias, tuvo provincias de ultramar". Convertidos los conquistadores, que así los llama sin embargo, en una ONG. O que “El imperio se levantó por igual entre españoles e indígenas” y otros disparates de similar corte.
Las fake news están envenando la información. Con un éxito de consumo creciente. Si antes los periódicos traían fe de erratas, propias e involuntarias, hemos llegado ya al Cazabulos como hace eldiario.es sembrados por doquier.
La aceptación de la mentira está causando un daño inmenso. Hace tambalearse todos los principios. Equivale a asentar los fundamentos en barro. Las mentiras son para los seguidores de estos políticos dogma de fe, verdad irrefutable. También para los aficionados a la patraña y el chisme sin más. De ahí que la extiendan condicionando su vida y la de todos.
De ahí también que combatan la información real con una virulencia preocupante. Es tradicional que cuando la derecha pura y dura pierde el poder se instale la crispación. La última vez, en 2004, las redes sociales no estaban tan extendidas como ahora. No estaban prácticamente. Facebook España entra 2007 y Twitter en 2009. Ahora, con millones de usuarios, pueden llegar a ser un campo de batalla con haters solitarios, ejércitos indiscriminados o debidamente contratados para presionar y disuadir la información.
No es de recibo este tono. Bajo ninguna circunstancia. Y quizás es necesario advertirlo porque la fiebre no se pasa por sí misma. -
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