Los famosos que ejercen de intermediarios amables entre el cliente y las compañías que quieren vender un producto son un reclamo habitual en el mundo de la publicidad. Presentadores de televisión como Christian Gálvez, Carlos Sobera o Jesús Calleja, actores como José Coronado o Roberto Álamo, y varios futbolistas (como los del Real Madrid) conforman el abanico de personajes conocidos que son o han sido imagen de empresas que ofrecen productos considerados de riesgo para los consumidores.
Pero no es lo mismo anunciar comida o coches que créditos acusados de fomentar la usura o casas de apuestas que quieren captar jugadores a cambio de cuantiosos bonos de bienvenida, y que han sido señaladas por promover la ludopatía. Campañas publicitarias que pueden ser un trabajo más para ellos, pero que genera críticas en su contra por los peligros de los préstamos de este tipo, denunciados por asociaciones de consumidores, y del juego, que vive un auge del que han alertado expertos y psicólogos.
3.000 euros en un momento o ganancias aseguradas apostando pequeñas cantidades. Eso es lo que ofrecen varias empresas de créditos inmediatos y juego online, especialmente a través de la televisión. Un producto que se presenta de una manera amistosa, ofreciendo una solución instantánea a un problema económico. 
Un tema aparte es el fomento de las apuestas deportivas por parte de los locutores de deportes antes y durante la retransmisión de los partidos de fútbol, sean radiofónicas o televisivas. Y ahora que les ha dado por prohibir muchas cosas, quizás deberían plantearse hacerlo con la publicidad e incitación a apostar de la gente en los partidos de fútbol, aunque no creo lo hagan, las casas de apuestas aportan mucho dinero en publicidad e incluso casi tienen alguna cadena propia.
Es una vergüenza, que es causa de la ruina de muchas familias, aparte de más posibilidades de apostar sobre juegos de todo tipo online, como poker, bingo y otros, y lo que és más preocupante, que este tipo de apuestas se pueden hacer desde la comodidad del sofá, sin moverse de casa.